El Colegio San Bartolomé la Merced asume el reto de implementar la educación virtual.
El pasado mes de marzo de 2020 inició, para San el Bartolo, un reto histórico: trasladar la propuesta educativa a un sistema virtual dada la contingencia mundial por la epidemia del COVID-19.
Escuchar que el mundo entero debe tomar medidas tan drásticas para mitigar el contagio de esta pandemia no es fácil; es tal vez una situación para la cual nadie se encuentra preparado. Todos los cambios que implica modificar las dinámicas sociales, el confinamiento y la implementación de metodologías de teletrabajo empezaron a convertirse en la opción para salir adelante y evitar alcanzar índices de mortalidad devastadores en nuestro país.
La comunidad Bartolina, en cabeza del Padre rector, Juan Pablo González, S.J., su directora académica, Claudia Sierra, y todos los miembros del consejo ejecutivo, tomaron la decisión de asumir el reto de continuar. Sus docentes “se pusieron la camiseta” y asumieron también el gran reto de continuar con la educación a distancia con todo lo que también implica para ellos.
Para empezar a contar cómo ha sido hasta el día de hoy esta experiencia, vale la pena aclarar que no quisieron, de ninguna manera, simplemente hacer lo mismo: Transitar a la educación virtual no es colocar contenidos y tareas a realizar en casa a través de una plataforma; significa repensar acciones pedagógicas en entornos virtuales que promuevan el pensamiento y a su vez permitan aprendizajes empleando recursos E-learning.
No quisieron hacerlo fácil, quisieron hacerlo bien: Comenzaron reformulando sus acciones pedagógicas por área y habilidad en cada grado, rediseñando entornos virtuales. Luego, construyeron integraciones en el plan de estudios para ofrecer aprendizajes en donde el tiempo, el espacio virtual, los hábitos escolares, los mecanismos de enseñanza y sobre todo el acompañamiento, fueran acordes a la edad madurativa de sus estudiantes.
Priorizan también la formación integral; el acompañamiento y el enfoque personalizado, características no negociables de su propuesta educativa y se toman el tiempo de crear una Escuela Ignaciana en la virtualidad. Aseguran, con creatividad y compromiso, un plan de estudios que permita a las familias y estudiantes la formación en el MAGIS y fueron más allá de organizar las áreas en un horario de casa: planificaron cada acción contando con la realidad de la educación digital. Para que esto fuera posible, emplearon plataformas amigables y diseñaron tutoriales para acompañar su adecuado uso.
Como resultado, se diseñaron horarios para cada ciclo o grado, se mantuvo la Toma de Contacto y la Pausa Ignaciana al comienzo y cierre de la jornada, realizaron la integración de asignaturas adecuadas al ritmo del aprendizaje virtual, implementaron encuentros sincrónicos que garanticen la adecuada comprensión de los objetivos formativos, la aclaración de dudas e interrogantes y sobre todo el acompañamiento, así como momentos asincrónicos que favorecen la autonomía y garantizan la continuidad del proceso con asignaciones adecuadas en profundidad, tiempo y capacidades de los estudiantes.
Este fue un trabajo arduo, analizado y realizado con cuidado, siempre con un objetivo claro: garantizar que sus estudiantes Bartolinos puedan alcanzar todos los logros y habilidades que se proyectaron inicialmente de acuerdo a su edad madurativa, a pesar de hacerlo a través de una metodología virtual. ¡Ha sido una oportunidad para reconocerse como co-responsables del proceso formativo de los niños y jóvenes, una experiencia de vida que los introduce en el mundo digital y la formación de competencias para el siglo XXI!
Han tenido en cuenta los lineamientos que el Ministerio de Educación ha compartido para este tiempo; entre ellos, la directiva 007, publicada el 6 de abril de 2020, en donde se reconoce la importancia de no mantener a los niños por largas horas frente a la pantalla en la primera infancia, ya que su edad madurativa requiere del acompañamiento de un adulto y por esto, saben que sus padres de familia se han también comprometido y han tomado parte activa en este proceso formativo que hoy les compete.
Al tener la claridad de la etapa madurativa de sus estudiantes y los lineamientos dados por el Ministerio de Educación, uno de sus grandes retos como colegio, fue la construcción de la propuesta en la primera infancia, es así como gracias al conocimiento de las habilidades, necesidades y recursos en niños desde los 3 años y seis meses la institución reconoce la importancia de la creación de escenarios cercanos en donde la creatividad, la literatura, la exploración y el arte dieran vida a algunos personajes que acompañan a los niños y a sus cuidadores gracias a narrativas en donde se marca la pregunta, la experiencia y la estimulación de las habilidades que requieren los niños en esta etapa escolar.
Es por esto que, a cada casa de estos pequeños Bartolinos, no llegaron libros, ni cuadernos, sino experiencias que invitan al niño a asumir roles, responsabilidades y rutinas que favorecen sus hábitos y los llevan a construir un aprendizaje significativo.
En ningún momento pensaron en sacrificar la calidad de la propuesta educativa; en ningún momento, tampoco, quisieron descuidar los aspectos esenciales que la enriquecen. Por supuesto, este ha sido un proceso que ha generado aprendizajes para todos; en cada uno de los ciclos se han presentado diferentes dificultades que han procurado sobrellevar de la mejor manera posible.
¡Este ha sido un desafío para comprender el lenguaje digital y los medios interactivos como oportunidades para aprender y explorar el mundo! Están seguros de que todos los miembros de la comunidad del Colegio San Bartolomé La Merced han asumido con compromiso y responsabilidad este gran reto y así, juntos, harán de esta experiencia una gran oportunidad.