Antes de saber el género de mi bebé pregunté a mis amigos y familiares sobre qué les gustaría que fuera. Muchos contestaron que niño, a mí me alegraba también esa idea, sin embargo, me sorprendió que entre las razones dijeran de manera normalizada que prefieren varones porque corren menos peligros que las mujeres.
Te presentamos el sexto capítulo de la serie ‘A mi yo Adolescente’, proyecto de educación para una vida mejor del banco BBVA, en colaboración con el Diario El País de España, dirigido, en esta ocasión, por la filósofa y escritora Elsa Punset, quien se reúne con un grupo de adolescentes para pensar el acoso, qué los une y ha cambiado entre generaciones.
Mediante un diálogo intergeneracional, Elsa Punset conversa con un grupo de jóvenes y nos cuentan cómo se vive el acoso en la actualidad. Para comenzar, Elsa Punset explica que cuando una persona hostiga, persigue o molesta a otra, es acoso, y esto incluye cualquier comportamiento físico o verbal que ofende o humilla.
Aunque es innegable que toda persona puede ser acosada, son las mujeres las más atacadas. Lo anterior, se debe a la creencia de sumisión impuesta por años. Muchos hombres desconocen el dolor o la injusticia producida por el acoso, por eso, hablaremos de la importancia de comunicar para conocer.
El acoso limita la libertad
Muchas veces, sin intención preparamos más a nuestras hijas para enfrentar el acoso, que a los hijos sobre el por qué no deberían hacerlo. Nos preocupamos por cómo se visten las niñas, que no anden solas, que estén pendientes de la hora, pero… ¿Qué pasa con las responsabilidades de los hombres?
Sin darnos cuenta, limitamos a las mujeres en el desarrollo de su personalidad y esencia con prohibiciones que no son relevantes. Por ejemplo, les decimos cosas como no usen minifaldas para que no les acosen en la calle, pero estamos olvidando y omitiendo, que, aunque salga en pijama o en jeans pueden sufrir acoso, es decir, que algo así ocurra no depende de ella, ni de vestirse como quiere. Lo anterior, ejemplifica algo que se ha vivido de generación en generación: culpar a las mujeres.
El acoso que los hombres realizan busca tratar como inferior a los demás, por tanto, cuando limitamos el actuar de las mujeres ante estas situaciones, estamos logrando el cometido del acusador, que las niñas se cohíben. La constante necesidad de sentirse superiores los obliga a humillar, y como siempre, hay quienes apoyan, fomentan y replican estos actos. Cuando obtienen aprobación se sienten mucho más fuertes y sus abusos empiezan a crecer. Por eso, es importante que todos dejemos de ser espectadores y nos volvamos defensores.
En la ignorancia no está la felicidad
Los padres sabemos que nuestras hijas, esposas y demás familiares pueden sufrir acoso, sin embargo, nos sentimos incapaces de escucharlas, nos da miedo todo lo que tienen para decir. Lo anterior, porque sabemos que el acoso no solo es verbal. Además, nosotros también lo hemos cometido en algún momento, por presión, moda, agradar a otros, etc., sin importar que tan “grave” o no haya sido.
No se puede negar ni justificar que se ha normalizado hasta el punto de que creemos que las palabras no importan, pero si le preguntamos a las mujeres la perspectiva es diferente: “Mientras ellos suelen andar tranquilos, ellas lo hacen deprisa, mirando hacia delante, hacia atrás o hacia los lados. Ellos caminan despreocupados, pero ellas, a menudo, pasan miedo.”
Por eso, debemos dejar de actuar como ignorantes para estar tranquilos y afrontar una realidad que ha afectado a tantas mujeres. Nadie debería vivir con miedo. Los adolescentes que hacen parte de esta conversación nos dicen que desde la casa y los colegios es importante hablar con la verdad, dejar de tratar el tema como casos alejados, reconocer y aceptar cuando hemos cometido estos actos y cambiar, educar con herramientas como casos reales y evitar comentarios como: “te los estas buscando o lo estas provocan”.
El cambio para una vida más libre y tranquila empieza con nosotros.
Descubre el sexto capítulo dando clic en el siguiente video:
¿Quieres ver el primer capítulo y conocer en qué se parece tu hijo adolescente a ti? Ingresa a: https://losmejorescolegios.com/co/tiempo-de-padres/tu-hijo-adolescente-se-parece-a-ti-te-presentamos-el-primer-capitulo-de-la-serie-a-mi-yo-adolescente/41589/
Para ver los 9 episodios protagonizados por un grupo distinto de jóvenes ingresa a: https://www.bbvaaprendemosjuntos.com/es/a-mi-yo-adolescente
Para completar la información anterior, te compartimos consejos sobre cómo hablar con tus hijos sobre el acoso en la escuela, escritos por UNICEF. Estas claves, aplica para hijos hombres y mujeres.
¿Cómo puedo ayudar a prevenir el acoso en la escuela de mi hijo?
- Explícale qué es el acoso. Cuando sepa lo que es, tu hijo podrá identificarlo más fácilmente, ya sea que les esté sucediendo a ellos o a alguien más.
- Háblale abiertamente y con frecuencia. Cuanto más le hables a tu hijo sobre el tema, más cómodo se sentirá para contarte si ha sido testigo o víctima. Pregúntale a diario por la escuela y por su actividad en línea, interésate por sus clases y actividades, pero también por sus sentimientos.
- Enséñale a ser un ejemplo positivo para los demás. En el acoso hay tres partes: la víctima, el perpetrador y el testigo. Aunque un niño no sea víctima de acoso, sí puede evitar que ocurra siendo inclusivo y comportándose de manera respetuosa y amable con sus compañeros. Si presencia un caso de acoso, puede defender a la víctima, ofrecerle ayuda y/o cuestionar ese comportamiento.
- Ayuda a tu hijo a confiar en sí mismo. Anima a tu hijo a inscribirse en clases o participar en las actividades de la comunidad que más le gusten. Esto le ayudará a ganar confianza en sí mismo y a formar un grupo de amigos con intereses comunes.
- Sé un modelo a seguir. Muéstrale a tu hijo cómo tratar a los demás niños y adultos con amabilidad y respeto haciendo lo mismo con la gente que lo rodea, incluso hablando cuando otros están siendo maltratados. Los niños consideran a sus padres ejemplos de cómo comportarse, también con lo que publican en Internet.
- Forma parte de su experiencia en línea. Familiarízate con las plataformas que usa tu hijo, explícale cómo están conectados Internet y el mundo real y adviértele de los distintos peligros a los que se enfrenta en la red.
¿Qué hago si mi hijo sufre amenazas o es víctima de acoso?
- Escucha a tu hijo abierta y tranquilamente. En vez de tratar de encontrar la causa del acoso o resolver el problema, céntrate en hacerle saber que lo escuchas y lo apoyas. Asegúrate de que sepa que no ha sido su culpa.
- Dile que le crees; que te alegras de que te lo haya contado, que no es su culpa y que harás todo lo posible por ayudarlo.
- Habla con su profesor o con la escuela. Tu hijo y tú no tienen que enfrentarse solos al acoso. Pregunta en la escuela si cuentan con una política o un código de conducta contra el acoso. Esto puede servir tanto para el acoso en persona como en línea.
- Apoya a tu hijo. Para tu hijo, contar con el apoyo de su madre o su padre es fundamental para lidiar con los efectos del acoso. Hazle saber que puede hablar contigo en cualquier momento y tranquilízalo asegurándole que todo irá bien.
Para conocer otros aspectos claves ingresa a: https://www.unicef.org/es/end-violence/como-hablar-hijos-sobre-acoso
Por: Andrea Carolina Pedroza
Equipo de redacción de Los Mejores Colegios