¿Son los jóvenes de hoy menos empáticos que los jóvenes de generaciones pasadas?, te presentamos el séptimo episodio de la serie ‘A mi yo Adolescente’

Existen diferentes formas de ser y estar en el mundo, entonces… ¿Es posible que yo sienta algo que no es mío y que, además, los otros lo sientan conmigo?

Te presentamos el octavo capítulo de la serie ‘A mi yo Adolescente’, proyecto de educación para una vida mejor del banco BBVA, en colaboración con el Diario El País de España, dirigido, en esta ocasión, por la actriz Blanca Portillo, quien se reúne con un grupo de adolescentes para descubrir y aprender cómo viven la empatía los jóvenes de hoy.

Mediante un diálogo intergeneracional, Blanca Portillo conversa con un grupo de jóvenes y nos explica qué es la empatía.

Empatía adolescentes

En la primera intervención el escritor Francesc Miralles nos dice que, la empatía es sentir desde un punto de vista que no es el de cada uno. Asimismo, para lograrla es necesario tener en cuenta tres puntos claves: escucha plena, no juzgar y acompañar. De lo anterior, los jóvenes opinan que los consejos no hacen parte de la empatía, puesto que, en ocasiones no son solicitados, pero estar junto a la persona mientras habla sí.

Es fundamental ver la vida desde otro lugar. Sin embargo, esta frase no hace alusión a la metáfora de colocarse en otros zapatos, sino más bien en los ojos, asegura una joven y añade que no hace falta cargarse los problemas de los demás, sino mirar desde esa perspectiva. De igual manera, asegura que todos nacemos con empatía, pero que esta se pierde cuando no la entrenamos.

Todos construimos el mundo que tenemos

Cada niño, joven y adulto tiene una historia para contar, a veces positivas y otras negativas, pero todas son importantes. Cuando conoces la historia del otro, cercana o lejana a ti, y te permites vivir su relato, estás conectando y empatizando. Además, aunque cada historia es única en esencia, hay muchos factores en común que pueden cuestionarse y contribuir a cambios.

Muchas veces cometemos el error de no percibir cuando nuestros hijos la están pasando mal. Los jóvenes que forman parte de esta conversación nos comentan que en ocasiones hablamos del futuro, omitiendo que es el presente de ellos, adicional a esto, ellos no saben cuándo nosotros tenemos malos días. Por eso, es indispensable para la empatía conversar, ser honestos y solidarios.

Por otro lado, no somos tan diferentes los unos de los otros como creemos. Es indiscutible que debemos respetar las diferencias, pero las personas opuestas a nosotros pueden pasar por lo mismo y para saberlo es necesario escuchar. También, es fundamental tener claro que entender a una persona no significa compartir su pensamiento.

La última invitada a esta charla es Mary Gordon, quien asegura que hay una crisis de empatía. Lo anterior, se puede concluir que se debe a la cantidad de problemas de la humanidad que no sabemos cómo enfrentar.  Para ella, la empatía es la capacidad de sentir lo que compartimos todos los seres humanos. Con base en esto, debemos conectarnos los unos con los otros para salir adelante. Contrario a esto, Blanca Portillo opina que esta generación es empática, solidaria y preocupada, por lo cual están más cercanos a generar cambios.

Descubre el octavo capítulo dando clic en el siguiente video: 

¿Quieres ver el primer capítulo y conocer en qué se parece tu hijo adolescente a ti? Ingresa a: TIEMPO DE PADRES

Para ver los 9 episodios protagonizados por un grupo distinto de jóvenes ingresa a: A MI YO ADOLECENTE

Para completar la información anterior, te compartimos 4 dinámicas para trabajar empatía en adolescentes según Marta Menéndez, graduada en Psicología por la Universidad de Oviedo, escritas para el portal web Psicología-Online.

1. Desarrolla un apego seguro con tu hijo adolescente

Cuando las necesidades emocionales de un niño o adolescente son abordadas y satisfechas, los adolescentes son más propensos a mostrar empatía y ayudar a otros que están en peligro. Como padre o madre, puedes esforzarte para desarrollar un tipo de apego seguro con tu hijo. Es importante que le muestres que puede contar contigo cuando necesite apoyo emocional y físico. La investigación muestra que los niños que tienen padres que los ayudan a sobrellevar las emociones negativas de una forma compasiva y orientada a la solución de problemas, tienen más probabilidades de mostrar preocupación por otros niños, es decir, ser más empáticos.

2. Recuerda que tu hijo es un individuo independiente

Trata a tu hijo como una persona independiente con una mente e intereses propios. Habla sobre sus emociones y ayúdale a comprender cómo los sentimientos, los deseos y las emociones pueden influir en el comportamiento. Puedes enseñarle a reconocer y etiquetar sus sentimientos, así como aquellos que ha observado en los demás, modelando la expresión verbal.

3. Modela el comportamiento empático e induce sentimientos de simpatía

Como padres, podemos aprovechar las oportunidades cotidianas para indicar situaciones en las que la empatía es necesaria. Podemos generar respuestas de simpatía en nuestros hijos. Por ejemplo, viendo una película o una serie de televisión podemos ver escenas en las que hay bullying o conductas crueles. Podemos emplear estas situaciones para plantearle cómo se puede sentir la víctima. Al hacer esto, estamos llevando las cosas un paso más allá porque no solo estamos etiquetando sentimientos, también estamos ayudando a reconocer oportunidades en las que nos podemos preocupar por las necesidades emocionales de otras personas, intercambiando ideas sobre diferentes maneras de ayudar.

4. Ayudarle a ponerse en los zapatos del otro

Cuando los adolescentes identifican o sienten que otra persona es similar a ellos, es más probable que sientan empatía por esa persona. Por eso, una forma de enseñarles a desarrollar sus habilidades empáticas sería ayudarles a descubrir lo que tienen en común con otras personas. Además, esto es muy importante en una sociedad como la de hoy en día dónde las nuevas tecnologías plantean debates sobre la línea que distancia lo real de lo imaginario y rara vez hay consecuencias directas para determinadas acciones. Cuánto más podamos humanizar la angustia de la víctima, mayor empatía desarrollará.

Para ampliar esta información ingresa a: psicologia-online.com

Redacción por: Los Mejores Colegios