El mundo se está enfrentando a un proceso de grandes cambios gracias a la nueva forma como los seres humanos están asumiendo y cuestionando cada aspecto de la vida; y, desde la educación, cada colegio debe buscar la forma de no quedarse atrás.
Hoy en día, la educación se enfrenta a un sinfín de cambios en modelo tradicional en el que se favorecía la autoridad del profesor, el contenido que el estudiante debía memorizar, las clases divididas por áreas, las evaluaciones y calificaciones al desempeño de los estudiantes, entre otras.
Desde hace ya varios años, se ha venido presentando una nueva ola de pensamientos que cuestionan todos los factores mencionados. Esto, debido a que el mundo está cambiando; cambia el clima, el enfoque de acercamiento al planeta, el modo en que las organizaciones ofrecen productos y servicios, el núcleo familiar, la ciencia y sus avances, el modo de comunicarnos entre nosotros, cambia todo.
Podemos verificar a partir de este mundo dinámico, y en síntesis de lo anterior, que el ser humano cambia. No somos la misma especie de hace 30 años, no pensamos igual y no sentimos de la misma manera. El mundo y su dialéctica nos han conducido a vernos y a buscar formas diferentes de adaptarnos al mundo.
Todo esto nos obliga a revisar la forma en la que aprendemos; nos invita a buscar caminos diferentes para el aprendizaje que nos permitan interactuar de forma más asertiva con nosotros mismos, con los demás y con este entorno cambiante que cada día nos presenta más desafíos.
En este sentido, la educación ha empezado a hacerse preguntas importantes que cuestionan su ya conocida forma de operar: ¿el estudiante es un receptor de contenidos que debe de alguna forma memorizar y repetir para poder ser evaluado y promovido a un grado siguiente?, ¿es esto suficiente?, ¿es este el resultado que nos va a permitir como sociedad asumir y encontrar las respuestas que el mundo necesita?, ¿es el contenido el valor más importante que la educación puede ofrecer?.
Muchas respuestas a estas preguntas empiezan a ser el punto de partida para proponer nuevas rutas de aprendizaje; una que le dé más preponderancia al ser que al hacer, que ofrezca más herramientas y menos conceptos para la adaptación, y una en la que prime la experiencia sobre los modelos y teoremas. Y eso es lo que buscamos en el Colegio San Diego a través de nuestro programa ‘Philos’ y ‘Mindfulness’.
La nueva educación, si pudiéramos llamarla de esta manera, está buscando priorizar la formación sobre la información. Una formación que busca que sea el mismo estudiante el protagonista de su crecimiento, reconociendo y desarrollando las herramientas para poder ser desde su capacidad autogestionada y así, salir al mundo a ofrecer su saber.
Hacer o ser: ¿es esta la cuestión en educación? La vida y sus diferentes cambios nos seguirán guiando para encontrar las respuestas adecuadas, y en el Colegio San Diego buscamos día a día la forma de crear nuevas rutas en la educación.
La vida y sus diferentes cambios nos seguirán guiando para encontrar las respuestas adecuadas, y en el Colegio San Diego buscamos día a día la forma de crear nuevas rutas en la educación.
Por: Roberto Cuéllar Wills
Director Mindfulness y Philos
Colegio Campestre San Diego
Especial para Revista Edu.co