17 julio, 2020 | Temáticas Educativas

El reto de ser un colegio presencial en la virtualidad


Para un colegio presencial, uno de sus grandes pilares es ofrecerle a sus alumnos un aprendizaje basado en aquellas experiencias que les generen enseñanzas para toda la vida; el reto empieza cuando la virtualidad se convierte en su nueva realidad.

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Cuando el Gobierno Nacional anunció el inicio de una nueva modalidad para la educación, en la que la virtualidad se convertía en su única forma de operar, varios colegios iniciaron su proceso de transición de clases presenciales a clases virtuales; capacitaron a sus profesores para poder enseñar a sus alumnos de la misma manera que lo hacían en sus salones de clase, pero esta vez desde una pantalla de computador.

Las primeras preguntas que se hacían algunos colegios era ¿cómo llevar nuestra metodología de aprendizaje a las casas de nuestros alumnos? ¿cómo lograr que los papás no se sientan los nuevos maestros sino que nosotros seguimos enseñando a sus hijos? ¿cómo culminamos el año escolar con todo el currículo completo, desde la virtualidad?, entre otras; sin embargo, para un colegio en especial, su principal preocupación era ¿cómo seguir siendo presencial desde la virtualidad?

La respuesta a esa pregunta se logró desarrollar al entender que la mejor forma de llevar toda esta transición, sin afectar su presencialidad, no era virtualizando las clases sino el proceso educativo en su totalidad. Es decir, no solo preocuparse por llevar la clase a las casas de sus alumnos a través de una pantalla, sino también seguir ofreciendo cada una de las experiencias vividas en el campus.

Estar pendientes el uno del otro, acompañarse en cada momento de este nuevo reto, velar por la tranquilidad de cada persona que hace parte de su comunidad, estar presentes de corazón a corazón; esto es lo que ha destacado al Newman School en todo el proceso de la virtualización educativa. Para ellos siempre estuvo primero el continuar brindado una educación de calidad sin dejar a un lado la huella de seguir ahí, presentes para cada uno.

¿Cómo lo hicieron?

En Newman School entendió que este era un proceso nuevo, lleno de retos y aprendizajes. Nadie sabía si lo estaba haciendo bien o mal, razón por la que su primera acción fue ser adaptativo; es decir, entender y escuchar las necesidades de los niños, maestros y padres de familia.

“Este proceso de virtualización no ha sido algo rígido, por el contrario, lo puedo denominar como la flexibilización de todo el proceso educativo”, cuenta Jairo Salazar O. (Coordinador Académico) del Newman School, “hemos estado muy atentos a cómo la comunidad venía respondiendo y basados en esto, tomamos decisiones muy conscientes de cómo satisfacer o cómo solucionar aquellas situaciones que nos decían los niños, los padres y los profesores” termina.

Otro punto a destacar fue el pensar en lo fundamental del currículo y del plan de estudio. Qué era lo que realmente no podían dejar de hacer, y sobre eso se flexibilizaron y adaptaron, respondiendo a lo que era esencial. Lograron no sacrificar calidad educativa, pero si se concentraron en lo que necesitaba la comunidad.

“Para todos fue un buen reto. De alguna forma, en algún momento habíamos preparado a los padres a la virtualidad, pero una cosa es un día y otra cosa es para finalizar un año escolar, eso lo hace muy diferente. En general, siento que la actitud de los profesores y de los niños ha sido muy buena al adaptarse a esta nueva circunstancia” cuenta Carolina Franco V., Rectora del Newman School.

¿Qué los diferenció del resto de colegios?

En primer lugar, le dieron mucho más énfasis a todo ese componente de gestión educativa de lo social comunitario. Mucho de la jornada escolar tenía que ver con aquellas tomas de contacto, con la dirección de grupo, las clases lúdicas, abrirle espacios a los niños en las tardes para reunirse con sus profesores para el contacto de refuerzos, de apoyos, de atención.

“Los padres sabían que a las 2:00 p.m. podían contar con todos sus maestros por si tenían alguna duda. De martes a viernes, durante la tarde, abrimos unas franjas de actividades de familia como deportes, zumba, lectura, encuentros, entre otros” afirma Jairo. “El departamento de Psicología abrió unos encuentros por secciones para atender las necesidades de cada familia, pensadas desde las edades y etapas de cada niño”, termina.

En conclusión se puede decir que esa virtualización del proceso educativo protegió, desde una mirada muy cercana, para que las personas estuvieran bien, no solo los padres sino toda la comunidad. Siempre priorizaron el que sus familias se sintieran acompañadas y escuchadas.

Llevar las experiencias del campus a cada hogar

Para el colegio siempre fue muy importante mantener las experiencias que le ofrecían a sus alumnos dentro del campus, ya que estas tienen un gran significado para sus estudiantes y hacen parte su sello y huella. Razón por la que buscaron darle un balance a la virtualidad dejando siempre en alto el contacto y vínculo humano que tanto caracteriza al Newman.

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“Tuvimos siempre en el foco que no nos fuéramos a desvincular, el estar todo el tiempo juntos. De hecho también acuñamos un dicho: En una época del distanciamiento social, vamos a tener una cercanía emocional” cuenta Jairo.

Teniendo en cuenta la parte emocional de las familias, abrieron espacios d​​e​ conversatorios​​ ​entre padres con expertos (psicólogos, terapeutas, etc), con los profesores y directivos, en donde trataban temas de interés o simplemente para hablar de cómo iba su día y sentirse más cerca el uno del otro, siempre teniendo el foco en que el padre se siguiera sintiendo vinculado con el colegio y sus maestros, para que les permitieran seguir en sus casas.​

Adicionalmente, les generaron espacios a los alumnos y sus familias después de la jornada escolar, en donde realizaban actividades para compartir juntos y salir de la rutina de estudio y trabajo. Tenian claro que en la presencialidad los niños iban al colegio y en la virtualidad el colegio fue el que entró a sus casas, por eso no los dejaron solos sino que por el contrario, estuvieron siempre muy presentes ofreciéndoles toda clase de actividades que los ayudaran a vivir de una mejor manera la cuarentena.

Un punto muy importante fue que se dieron cuenta que lo que más extrañaban los estudiantes era el contacto entre ellos mismo, por lo que tuvieron direcciones de grupo en donde simplemente hablaban de cómo estaban, si los niños tenían mascota la mostraban, cómo era su casa, su familia, compartían fotos familiares en donde les narraban esos momentos especiales que vivieron. “Queríamos que los niños se volvieran a encontrar, hablar de día a día dejando a un lado la parte académica, volver a tener ese contacto humano que ofrece la presencialidad” afirma Jairo, “todos estos espacios nos ayudaron a volver a reencontrarnos, seguir con el vínuclo y volver a vernos” termina.

Para Alfonso Pinzón (Coordinador de Comunicaciones) del Newan School, el colegio siempre tuvo encuenta una característica y es el estar “conectados de corazón a corazón”. “Tuvimos toda una preparación para saber cómo continuar y poder cumplir con el curriculo, pero una vez estabilizados, empezamos a abrir esos espacios para conectarnos con nuestros alumnos y que ellos pudieran seguir unidos con todo lo que era importante para ellos y sus familias” cuenta.

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Llevar las experiencias del campus a cada hogar

En el inicio del camino, el Newman School creó un micrositio llamado WM Virtual en donde tenian contenido para los niños, para las familias y para los docentes. Desde pausas activas, horarios y repositorio para entrega de trabajos.

Con este micrositio buscaban consistencia, seguir la linea institucional (que el papá y alumnos siempre se sintieran dentro de un ambiente del Newman) y seguridad, que el colegio tuviera conciencia y control de todo lo que estaba pasando en términos de comunicación del material que se estaba enviando y compartiendo.

“Lo que finalmente hicimos fue unificar todo esto en un lugar privado que arrancó en el colegio y phidias, desde ahí teníamos acceso para nuestras familias con una unidad en cuanto a comunicación, aspecto y seguimiento”, cuenta Alfonso.

La seguridad fue un aspecto relevante  ya que esto les permitia garantizar espacios para sus estudiantes y familias con tranquilidad. “De alguna manera nuestra experiencia en todo el campo de virtualización la dio efectivamente ese paso por el WM Virtual. Para el siguiente semestre que nos pasamos a usar la herramienta de Google, se va a hacer una transición de herramientas pero el concepto, tanto para nuestros docentes como para nuestras familais, seguirá siendo el mismo” afirma Alfonso.

Regreso a casa

El Gobierno Nacional confirmó que para Agosto los colegios podrán regrersar a las clases presenciales tomando ciertas medidas de seguridad. El Newman School ya está creando las diferentes estrategias para que ese “regreso a casa” sea bajo los estándares de bioseguridad que exige la Secretaría de Educación.

“Hemos querido que este ejericio de repensar el regreso, el retorno, el regresar a casa como lo hemos llamado, ha sido no solo interdisciplinar sino que ha tenido a todos los agentes de la comunidad. Es decir, no hemos querido hacer esto solos, acompañados es mejor”, cuenta Jairo, “hemos integrado maestros, administrativos, padres de familia y directivos a una serie de equipos en donde hemos analizado, en primer lugar, todo lo que tiene que ver con la normativa”, termina.

Para el colegio lo primordial es el bienestar de sus estudiantes, por eso son conscientes que algo tan importante como la bioseguridad es el estado emocional. Como se mencionó anteriormente, lo que más extrañan los alumnos es el relacionarse con sus amigos, sus pares, y en cuanto al desarrollo de cada uno de ellos, la parte social es fundamental, y es por esto que volver a tener contacto entre ellos es algo que se necesita. El componente social y emocional es la mayor ganancia para los estudiantes.

Para que esto se de de la mejor forma, el colegio cuenta con un comité de papás expertos en temas de la salud que los están guiando en todo este proceso, con todos los protocolos de bioseguridad y el cumplimiento de las medidas instauradas por el gobierno.

“Nuestras primeras decisiones de alternancia presencial es hacer toda una semana de acogida a nuestros niños, no van a llegar a nivelar todo lo que no vieron academicamente en este semestre. Tenemos pensado que desde psicología y desde direcciones de grupo, lo que hagamos es una semana de acogida, de bienvenida, de volver a poner los pies en el colegio, de volver a sentirse parte de, saber cómo me relaciono y cómo me comunico de manera diferente” cuenta Jairo.

“En el Newman no hicimos una transición de un proceso educativo virtual, nosotros virtualizamos todas nuestras prácticas educativas. Seguimos siendo un colegio presencial”. Jairo Salazar, (Coordinador Académico) del Newman School.

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