¿Esto qué quiere decir? Que la metodología se basa en la observación para enfocarse en el desarrollo de las habilidades del estudiante, ofreciendo la posibilidad de un acompañamiento que no está mediado por una cantidad, sino de un proceso que lleva al desarrollo de competencias.
Los colegios sin notas optan por acompañar el proceso de cada estudiante y se inclinan por una verdadera integralidad, es decir, tienen la capacidad de analizar todas las dimensiones de los estudiantes y descubrir sus diferentes talentos. En cambio, cuando hay notas hay un mayor énfasis en la parte académica, descuidando así otros aspectos fundamentales en el desarrollo de una persona.
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Cuando no se califica numéricamente, los profesores pueden observar un todo y no se centran solo en el escenario de “saber o no saber”, el cual se presta para una visión cerrada de todo lo que puede ocurrir en una escuela y de todo lo que implica el desarrollo de una persona.
Los colegios sin notas van más allá de un número
Las notas y los exámenes únicamente muestran un resultado o un número que no refleja todo proceso de aprendizaje detrás de eso. Para llegar a esa nota, el estudiante tuvo que hacer un proceso de investigación, trabajo de síntesis y varias actividades que le permitieron desarrollar habilidades, y es ahí cuando ocurre un aprendizaje significativo.
Tradicionalmente, calificar a partir de notas era la única manera para definir a un estudiante. Por ejemplo, si sacaba 10 era un buen estudiante, pero si sacaba un 3 era regular. Los colegios sin notas tienen claro que a los niños no los define un número, ellos son mucho más que eso.
Cuando se eliminan los exámenes, se puede percibir todo su ser y los profesores comienzan a descubrir nuevas habilidades en ellos.
Por otro lado, las notas generan un clima competitivo en el que se generan diversas emociones en el aula, como el éxito, la vergüenza o el fracaso; las cuales muchas veces pasan desapercibidas por los profesores y no se les da la atención pertinente.
También es clave resaltar que experimentar el error y aprender de él, es fundamental. Los estudiantes que deben presentar exámenes le temen al error y pierden la oportunidad de verlo como un paso indispensable para crecer como persona. En San Diego les enseñamos que los procesos les permiten equivocarse y que para llegar al éxito hay un largo camino. ¡Así es la vida real!
Los colegios sin notas permiten a los estudiantes reconocer sus habilidades y sus dificultades a través de diferentes actividades en las que pueden esforzarse por lograr metas específicas, autoevaluarse y ser el centro de su aprendizaje.
Gracias a esta metodología, los profesores pueden valorar avances, proponer estrategias positivas y tener un conocimiento más puntual del proceso de cada uno. Esta evaluación presenta un panorama más completo del proceso de aprendizaje, en contraposición a la cuantificación que sólo ofrece un número.
En San Diego, los informes que se entregan a los padres de familia son descriptivos y allí se evidencia cómo es el proceso de cada estudiante, teniendo en cuenta las competencias que se quieren desarrollar en cada área o Campo de Pensamiento.
Para concluir, podemos decir que nuestra sociedad ya no necesita más ambientes competitivos, sino más colaboración entre profesores y estudiantes. Esto se puede dar gracias a los colegios sin notas que promueven el trabajo en equipo y buscan el bienestar y el aprendizaje de todos, fortaleciendo los procesos y no los resultados numéricos.
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NOTA: El Colegio Campestre San Diego es una institución ubicada en el municipio de Chía, mixta, bilingüe, calendario B, fundada en 1994. Tiene como objetivo fortalecer proyectos de vida de estudiantes más felices. A través de Mindfulness y estrategias pedagógicas basadas en el arte, buscan desarrollar la sensibilidad y creatividad. Para ellos es fundamental que los estudiantes conozcan sus emociones, aprendan a manejarlas y sepan cómo resolver conflictos.
Por: Colegio Campestre San Diego