Cuando los niños aprenden a centrarse en soluciones desarrollan la habilidad de encontrar alternativas ante cualquier adversidad y aprenden a ser resilientes. Para enfocarse en soluciones se requiere un entrenamiento cotidianidad. Para ello, es muy importante que nosotros como padres o docentes demos la oportunidad a los niños de plantear posibles soluciones a sus problemas como: conflictos con amigos, tareas del colegio, pendientes por entregar y juegos no resueltos.
Si queremos que los niños de hoy sean en su vida adolescente y adulta personas creativas que logran ver las dificultades, retos o problemas como oportunidades para crecer o para aprender a crear a partir de ellas, es necesario comprender que como adultos tenemos la responsabilidad de dejar que se equivoquen, y no lanzar salvavidas en toda circunstancia a menos que sea una situación que ponga en riesgo el bienestar físico o emocional.
También, es importante que les preguntemos qué opciones ven a cambio de decirles que opciones vemos nosotros. Mientras que aprenden a plantear soluciones podemos enseñarles el siguiente paso a paso:
- Identificar el problema.
- Determinar la causa.
- Plantear alternativas.
- Escoger una opción.
- Poner en práctica la solución escogida.
Reconocer los problemas es el paso previo para empezar a manejarlos, verlos con otros ojos, asumirlos como oportunidades para transformarlos y así lograr reconocer que sí existen opciones para cambiar una realidad.
Una de las grandes ventajas que trae consigo el enfoque en soluciones es la capacidad de decidir que desarrollan los niños asumiendo las consecuencias y de esta manera van tomando conciencia de la responsabilidad que implica tomar decisiones.
En el Gimnasio Campestre Oxford se enseña a los estudiantes en la clase de Life Skills estrategias para que logren enfocarse en soluciones y crezcan como personas creativas y capaces de ver en las dificultades oportunidades.
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