Llega un momento en que todos los padres buscan la mejor manera de disciplinar a sus hijos. Puede que se trate de un niño pequeño que grita o de un adolescente enojado, no es algo fácil controlar su temperamento. Todos, como padres nos hemos encontrado en situaciones así y la conclusión es que los gritos y la violencia física nunca ayudan.
Disciplina positiva para una mejor salud mental y física y una infancia feliz.
Afortunadamente, hay otras formas más efectivas y una de ellas es la disciplina positiva. Un artículo de UNICEF consultó a Lucie Cluver, profesora de Trabajo Social Infantil y Familiar de la Universidad de Oxford y madre de dos niños pequeños, para explorar cómo el enfoque puede ayudar a los padres a construir relaciones positivas con sus hijos y enseñarles habilidades como la responsabilidad, la cooperación y la autodisciplina.
¿Por qué disciplina positiva?
“Los padres no queremos gritar ni pegarles a nuestros hijos. Lo hacemos porque estamos estresados y no vemos otra manera”, dice Cluver.
La evidencia es clara: gritar y golpear simplemente no funciona y puede hacer más daño que bien a largo plazo. Los gritos y golpes repetidos pueden incluso tener un impacto adverso en toda la vida de un niño. El “estrés tóxico” continuo que crea puede conducir a una serie de resultados negativos, como mayores posibilidades de abandono escolar, depresión, consumo de drogas, suicidio y enfermedades cardíacas.
“Es como decir: aquí está este medicamento, no te va a ayudar y te va a enfermar”, dice Cluver. “Cuando sabemos que algo no funciona, es una muy buena razón para buscar un enfoque diferente”.
En lugar de castigar, el enfoque de disciplina positiva pone énfasis en desarrollar una relación saludable con tu hijo y establecer expectativas en torno al comportamiento. La buena noticia para todos los padres es que funciona y así es como puedes empezar a ponerlo en práctica:
1 . Planifica tiempo 1 a 1
El tiempo uno a uno es importante para construir una buena relación y más aún con sus hijos. “Pueden ser 20 minutos al día. O incluso 5 minutos. Pueden combinarlo con algo como lavar los platos juntos mientras cantan una canción o conversan mientras cuelgan la ropa”, dice Cluver. “Lo que es realmente importante es que te concentres en tu hijo. Entonces, apagas tu televisor, apagas tu teléfono, llegas a su nivel y eres tú y ellos”.
2 . Elogiar los aspectos positivos
Como padres, a menudo nos enfocamos en el mal comportamiento de nuestros hijos y lo resaltamos. Los niños pueden leer esto como una forma de llamar su atención, perpetuando la mala conducta en lugar de ponerle fin.
Los niños prosperan con los elogios. Los hace sentir amados y especiales. “Observa cuando están haciendo algo bueno y elógialos, incluso si esa cosa es solo jugar durante cinco minutos con su hermano”, recomienda Cluver. “Esto puede fomentar el buen comportamiento y reducir la necesidad de disciplina”.
3 . Establecer expectativas claras
“Decirle a su hijo exactamente lo que quiere que haga es mucho más efectivo que decirle lo que no debe hacer”, dice Cluver. “Cuando le pides a un niño que no ensucie o que sea bueno, no necesariamente entiende lo que debe hacer”. Instrucciones claras como “Recoge todos tus juguetes y ponlos en la caja” establecen una expectativa clara y aumentan la probabilidad de que hagan lo que les pides.
“Pero es importante establecer expectativas realistas. Pedirles que permanezcan en silencio durante todo el día puede no ser tan manejable como pedirles 10 minutos de silencio mientras tienes una llamada telefónica”, dice Cluver. “Sabes de lo que es capaz tu hijo. Pero si pides lo imposible, van a fallar”.
4 . Distrae creativamente
Cuando tu hijo está siendo difícil, distraerlo con una actividad más positiva puede ser una estrategia útil, dice Cluver. “Cuando los distraes hacía otra cosa, cambiando el tema, presentando un juego, llevándolos a otra habitación o dando un paseo, puede desviar con éxito su energía hacia un comportamiento positivo”.
El tiempo también es crucial. La distracción también se trata de detectar cuando las cosas están a punto de salir mal y tomar medidas. Ser consciente de cuándo tu hijo comienza a ponerse inquieto, irritable o molesto, o cuándo dos hermanos miran el mismo juguete, puede ayudar a disipar una situación potencial antes de que se convierta en una.
5 . Usa consecuencias tranquilas
Parte de crecer es aprender que, si haces algo, algo puede suceder como resultado. Definir esto para su hijo es un proceso simple que fomenta un mejor comportamiento mientras le enseña sobre la responsabilidad.
Dale a tu hijo la oportunidad de hacer lo correcto explicándole las consecuencias de su mal comportamiento. Como ejemplo, si deseas que tu pequeño deje de rayar en las paredes, puedes decirle que se detenga o de lo contrario terminará su tiempo de juego. Esto les proporciona una advertencia y una oportunidad para cambiar su comportamiento.
Si se detiene, elógialos mucho por ello. “Lo que estás haciendo es crear un ciclo de retroalimentación positiva para tu hijo. Se ha demostrado que las consecuencias tranquilas son efectivas para que los niños aprendan lo que sucede cuando se portan mal”.
Ser constante es un factor clave en la crianza positiva, por lo que es importante cumplir con las consecuencias. Y también lo es hacerlos realistas. “Puedes quitarle el teléfono a un adolescente durante una hora, pero quitárselo durante una semana puede ser difícil de cumplir”.
Involucrarse con los niños más pequeños
El tiempo uno a uno puede ser divertido, ¡y es completamente gratis! “Puedes copiar sus expresiones, golpear cucharas contra ollas o cantar juntos”, agrega Cluver. “Existe una investigación asombrosa que muestra que jugar con sus hijos estimula el desarrollo de su cerebro”.
Involucrarse con niños mayores
Al igual que los niños más pequeños, los adolescentes buscan elogios y quieren ser considerados buenos. El tiempo uno a uno sigue siendo importante para ellos. “Les encanta bailar alrededor de la habitación con ellos o entablar una conversación sobre su cantante favorito”, dice Cluver. “Puede que no siempre lo demuestren, pero lo hacen. Y es una forma efectiva de construir una relación en sus términos”.
Al establecer expectativas, “pídeles que ayuden a hacer algunas tareas y establecer reglas”, sugiere Cluver. “Siéntense y traten de ponerse de acuerdo sobre lo que se debe y no se debe hacer en el hogar. También pueden ayudar a decidir cuáles serán las consecuencias de un comportamiento inaceptable. Estar involucrado en el proceso les ayuda a saber que entiendes que se están convirtiendo en sus propios seres independientes”.
Lee el artículo completo en How to discipline your child the smart and healthy way | UNICEF Parenting
Por: Mariana Marroquín Ortiz
Equipo de redacción de Los Mejores Colegios