¿Tu hijo adolescente se parece a ti?, te presentamos el primer capítulo de la serie ‘A mi yo Adolescente’

Si alguna vez te has preguntado qué tienes en común con tu hijo adolescente este artículo es para ti.

No hay una forma más sencilla de responder al anterior interrogante que conociendo a nuestros hijos, hablar con ellos no solo es enriquecedor, sino que nos permite entender la importancia de alejar los prejuicios y los estereotipos, puesto que, el futuro del planeta está en la mano de los jóvenes y es momento de verlos como una solución.

Te presentamos el primer capítulo de la serie ‘A mi yo Adolescente’, proyecto de educación para una vida mejor del banco BBVA, en colaboración con el Diario El País de España, dirigido, en esta ocasión, por el cineasta y escritor David Trueba, quien se reúne con un grupo de adolescentes y reflexionan juntos para comprender que une y separa a sus generaciones.

lista de tips para educar a nuestros hijos

Tiempo: motor de nuestras vidas

Mediante un diálogo intergeneracional, David Trueba conversa con un grupo de jóvenes y nos cuentan por qué la evolución del tiempo es el reflejo de la personalidad de los adolescentes. Como padres, cometemos el error de evitar que nuestros hijos formen sus propias experiencias, llegamos a cohibirlos o, incluso, ver en ellos nuestras frustraciones. Sin pensarlo y sin quererlo, los cargamos de situaciones que no han vivido.

Asimismo, hay aspectos o momentos en que subestimamos a nuestros jóvenes sin saber que lo que ellos quieren es que quitemos los filtros; necesitan toda la información. En nuestra formación muchos temas fueron clasificados, hablar de drogas o sexo eran momentos no sólo incomodos, sino que generaban reacciones fuertes por parte de nuestros padres, crecimos con la mentalidad que hay cosas que es mejor no preguntar, sin embargo, nuestros hijos hoy quieren y necesitan reacciones diferentes. De igual manera, los problemas de la actualidad, los adolescentes los entienden mejor, esta es su época.

Con base en lo anterior les compartimos la siguiente frase: “Es que deben tener ustedes presente que los hijos no son solo hijos de sus padres, también son hijos de su tiempo”

Debemos comprender que las generaciones han cambiado y los jóvenes de ahora tienen acceso a información que nosotros no teníamos, por ende, ocultar ya no es una opción. Cuando tu hijo te haga preguntas, ¿Por qué no te pones en su lugar y piensas que lo que está viviendo también lo pudiste vivir?

Adicional a esto, los adolescentes quieren equivocarse y aprender, pero con los padres de apoyo. Es decir, quieren ser escuchados y tomados en serio, ya que, sin importar el tamaño de sus experiencias, de todo lo vivido queda una lección que puede aportar no solo para su vida.

Una de las jóvenes nos dice: “La generación de los padres, buena o mala, ya la vivieron y evolucionó a esta, o nos adaptamos o seguimos en la atemporalidad.”

Los adolescentes tienen mucho que aportar

Crear espacios de diálogo es fundamental. La confianza, es algo que se necesita sin importar la edad. Muchas veces preferimos no hablar de nuestros miedos o frustraciones, creemos que nuestros hijos pueden repetir estas historias. No obstante, ellos son seres autónomos e independientes que podrían brindarnos otra perspectiva y, a la vez, una solución. Ellos necesitan tu confianza y tú la de ellos. Si le cuentas a tus hijos los problemas chicos, también cuenta los otros.

El mayor temor de los adolescentes es no sentirse útiles. Son muchas las preguntas que pasan por su cabeza antes de forjar una personalidad sólida y necesitan de amor para construirla. Si no sabes cómo demostrarlo, escribe una carta a tu yo adolescente, cuéntale que hubieras hecho diferente, que aprendiste y repetirás. Y, pensando en eso háblale a tu hijo, no omitas lo que hubieses querido escuchar, dale la oportunidad de opinar. Tu pasado no va a cambiar, pero el viaje en el tiempo y el diálogo les dará una oportunidad de estar juntos, tu hijo aprenderá de ti y sentirá tu confianza y amor. Por otra parte, descubrirás y valorarás como él aporta a tu vida y cómo actuará ante ciertos eventos, así, podrás acompañarlo.

Recuerda, en esta época los amigos son indispensables. El amor y la amistad son valores de la juventud. Por eso, explícales que la intensidad es diferente a la calidad y que no siempre escuchar lo que se quiere es sinónimo de buena voluntad. Finalmente, durante las fallas y aciertos de nuestros hijos debemos tener en cuenta que ayudar no es igual a decir que hacer; el apoyo que podemos brindar a nuestros hijos no se trata de prohibiciones, sino de estar ahí, acompañando en las caídas, sin evitar los golpes.

Descubre el primer capítulo dando clic en el siguiente video:

Para ver los 9 episodios protagonizados por un grupo distinto de jóvenes ingresa a: https://www.bbvaaprendemosjuntos.com/es/a-mi-yo-adolescente

Para completar la información anterior, te compartimos algunos consejos sobre cómo comunicarte con tu hijo adolescente escritos por Healthy Chlidren

  • Escucha. Realmente escucha. “El padre que escucha es el padre al que lo escuchan”, dice la Dra. Roberta Beach, directora de las clínicas pediátricas y de adolescentes de Westside en Denver. Ella, como muchos otros expertos, recomienda practicar el escuchar activamente, lo que también se conoce como escuchar reflexivamente. Pon mucha atención al lenguaje corporal de tu hijo, el tono y la inflexión de su voz y sus expresiones faciales, todo lo que transmita información importante.
  • Mira a tu adolescente cuando esté hablando. te sorprenderá cuántas veces no levantamos la vista del periódico, la televisión o del lavado de los trastos cuando hablamos con nuestros hijos. Mantener el contacto visual es sólo una forma de comunicar silenciosamente, “Estoy realmente interesado en lo que tienes que decir”.
  • No interrumpas. La misma sugerencia que les damos a nuestros hijos aplica también para nosotros. Respeta su derecho a expresar su opinión, aún si no está de acuerdo con ella. Y, si su punto de vista está basado en un mal concepto, escúchalo antes de corregirlo, con tacto, sin ser transigente.
  • Cuide el tono de tu voz. Preguntar es una cosa; interrogar, usando un tono acusador, es otra cosa. Debes hacer tu mejor esfuerzo para no contestar mal a tu adolescente, como hacemos a veces cuando estamos presionados con el tiempo o agotados al final del día.
  • Haz preguntas que estimulen la conversación. Crea oportunidades para discutir haciendo preguntas que animen a los jóvenes a describir, explicar, compartir opiniones; mientras más específicas sean estas preguntas y más se basen en lo que tú ya sabes que está en la mente de tu hijo, más eficaces serán. “¿le gustó a tu clase de inglés tu discurso de esta mañana?” funcionará mucho mejor que “¿Cómo estuvo la escuela hoy?”
  • Aprovecha las oportunidades para conversar cada vez que puedas. Algunas veces dejamos de hablar (posponemos) con nuestros hijos, esperando el momento perfecto para hacerlo. Con los estilos de vida tan apresurados en la actualidad, esos momentos ideales llegan muy pocas veces. Los viajes en auto son momentos maravillosos para hablar, aunque sea por la simple razón de que ambos que están atentos, en un ambiente libre de muchas distracciones. Otro beneficio es que cuando están en el auto, generalmente se sientan paralelos uno al otro, no cara a cara, lo que hace el ambiente menos propicio para la confrontación.
  • Siéntete libre de compartir tus propias experiencias de vida, aún aquellas que podrían no hacerte quedar muy bien. Decimos esto con cierta reserva. Algunas veces los padres revelan detalles de su pasado, en forma inadecuada. Antes de entretener a su hijo con historias malas de su pasado, pregúntese, “¿Es bueno para mi hijo saber esto sobre mí?”
    Dicho esto, tu adolescente puede apreciar escuchar cómo fue castigado una vez por la abuela y el abuelo por haberse escapado de la escuela para ir a pasear con su amigo en su nuevo auto. Sin embargo, prepárese para la posibilidad de un público no interesado y a respuestas que van desde, “Ah no, ya vas a empezar otra vez…” a, “¡Pero eso sucedió cuando tú eras niño!” No se preocupe: En algún momento su adolescente reflexionará sobre lo que tú dijiste.
  • Mantente alerta para cualquier señal de que tu adolescente quiere hablar. tu hijo puede estar ansiosamente deseando contarte algo, pero se siente cohibido, o asustado, o simplemente no sabe cómo empezar. Las señales de que puede tener algo en mente incluyen:
    • Preguntas acerca de “un amigo” (a menudo anónimo) con un problema: “Mamá, un chico que conozco en la escuela se robó una camisa de los Chicago Bulls. Si lo hubieran agarrado, ¿estaría en grandes problemas?”
    • Preguntas acerca de sus experiencias como adolescente: “Papá, ¿qué edad tenías cuando tuviste relaciones sexuales por primera vez?”
    • Una revista abierta en la cama de su hijo, discretamente abierta en un artículo. Por ejemplo, “Los adolescentes se deprimen también” podría ser una forma de pedir ayuda.

Para conocer otros consejos sobre cómo conversar con tu hijo adolescente ingresa a:
https://www.healthychildren.org/Spanish/family-life/family-dynamics/communication-discipline/Paginas/How-to-Communicate-with-a-Teenager.aspx

Especial para Los Mejores Colegios
Por: Andrea Carolina Pedroza
Equipo de redacción de Los Mejores Colegios