Quizás en algún momento de la crianza de tus hijos, te hayas preguntado si los videojuegos son o no beneficiosos para ellos.
Lo cierto es que los videojuegos si presentan ciertos beneficios para los niños, ya que pueden promover su atención sostenida (concentración), mejorar sus reflejos, sus habilidades viso-espaciales, etc., y por ello, no debemos satanizarlos o categorizarlos como “buenos y/o malos”.
Sin embargo, existen diferentes tipos de videojuegos, y cuando hablamos de videojuegos violentos, las cosas cambian.
Los niños imitan lo que ven en casa, en la televisión, el colegio, ya que aprenden a través de la observación y a partir de ello actúan. Gracias a esto, es importante estar atentos a qué juegan nuestros hijos.
¿Qué efectos tienen los videojuegos violentos en niños y adolescentes?
En la literatura científica encontramos numerosos estudios que hacen alusión a los efectos negativos del uso de videojuegos violentos en niños y adolescentes.
Por ejemplo, el estudio de Félix Etxeberría Videojuegos violentos y agresividad, publicado en la revista “Pedagogía Social: revista interuniversitaria” de España, concluye que “la evidencia actual demuestra que la exposición a los videojuegos violentos se relaciona directamente con conductas, pensamientos y actitudes agresivas.”Y además, disminuyen los comportamientos prosociales y de empatía hacia las víctimas.
Otro estudio realizado por el equipo de investigación de la Universidad de Brock en Canadá y publicado en la revista Developmental Psychology, menciona que los adolescentes se vuelven más agresivos hacia otras personas tras jugar durante varios años videojuegos violentos. En este sentido, algunos de los efectos que tienen estos videojuegos son:
Agresividad
Según la Academia Estadounidense de Pediatría, los niños que juegan videojuegos violentos de forma regular son más propensos a comportarse de manera agresiva, y posiblemente a entrar en altercados físicos con sus compañeros.
Miedo e inseguridad
Otros posibles efectos de los videojuegos violentos son una sensación de miedo aumentada y de inseguridad.
Y es que los videojuegos que involucran acciones violentas, como matar y luchar, pueden llevar a que los niños sean más inseguros y temerosos. Así lo sugiere el artículo “Los videojuegos violentos y los comportamientos agresivos” (2011), publicado por Palo Alto Medical Foundation.
Desconfianza hacia los demás
La desconfianza hacia los demás es otra posible consecuencia del uso frecuente de videojuegos violentos, debido a la exposición a situaciones violentas (e incontrolables, que involucran a terceras personas) en el juego.
Excitación fisiológica y hostilidad
Un estudio, publicado por la Universidad Estatal de Iowa, encontró que jugar a videojuegos violentos aumenta estados fisiológicos de excitación. De hecho, cuando se sufre ansiedad lo que se experimenta es, precisamente, esta excitación fisiológica (un aumento en sus niveles).
Así, este tipo de videojuegos aumentan los picos a corto plazo en la presión arterial y el ritmo cardíaco, causando un mayor nivel de posible hostilidad y agresión.
Pesadillas
Este tipo de videojuegos también pueden ocasionar a los niños y adolescentes pesadillas, ya que tantas horas expuestos a situaciones de violencia al final lo que genera en ellos es “material para la mente”, que aparece más tarde en sueños.
Normalización de la violencia
Otro efecto importante del uso de videojuegos violentos es la normalización de la violencia. Lo que ocurre es que los niños acaban “entendiendo” que lo “normal” es eso, lo que ven en sus pantallas.
Y esto es muy peligroso, porque en su día a día seguramente verán situaciones de violencia o agresiones (por ejemplo, situaciones de bullying en el colegio), y las vivirán de la misma manera, lo que puede generar más violencia, incapacidad para poner límites, falta de empatía, etc.
Ahora bien, si tu hijo ha empezado a jugar a videojuegos violentos, y sientes que esto está afectando su desarrollo, su forma de comportarse, o directamente no te gusta que vea las imágenes que en allí aparecen, te recomendamos que primero, lo hables abiertamente con él y que empieces a poner límites.
Buscar alternativas
Es importante que tu hijo entienda las consecuencias de este tipo de videojuegos y, sobre todo, que entienda que hay alternativas. En el mercado actual hay una cantidad inmensa de videojuegos de diferente tipo, libres de violencia que podrían traerle verdaderos beneficios.
Hablar en confianza
Si sabes que tiene gran fascinación por los videojuegos, intenta involucrarte llevándolo a ferias como la ComicCon o tiendas gamer, esto te ayudará a entender sus gustos y poder hablarle para concientizar y acordar nuevos comportamientos en cuanto al tipo de videojuegos que acostumbra jugar.
Poner límites y seguir unos criterios
Es importante que entienda que puede jugar lo que quiera, claro, pero siguiendo algunas normas y criterios. Enfoca la conversación desde la escucha activa, no desde el reproche; indaga en los aspectos que le motivan a jugar a este tipo de videojuegos y juntos podrán encontrar alternativas, como lo es el tiempo que pasa usando la consola, las recomendaciones que tienen muchos de estos juegos en torno al máximo de edad para jugarlos (muchos están clasificados por edades desde +12 o +18), etc.
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Por: Mariana Marroquín Ortiz
Equipo de redacción de Los Mejores Colegios