KiVa refuerza la Ley 202 de 2024 contra el bullying

Cómo KiVa refuerza la Ley 202 de 2024 en la lucha contra el bullying

En Colombia, los casos de violencia escolar, acoso y problemas de salud mental en niños, niñas y adolescentes han aumentado de manera sostenida desde 2017. Esta situación ha encendido las alarmas en la sociedad y ha llevado al Gobierno a tomar acciones concretas. Una de las más relevantes es la nueva Ley 202 de 2024, que establece la implementación de una Cátedra de Educación Emocional en todos los niveles escolares, desde preescolar hasta la media.

Este avance normativo reconoce la necesidad urgente de formar estudiantes más conscientes de sí mismos, empáticos y capaces de manejar conflictos sin recurrir a la violencia. Sin embargo, la ley, por sí sola, no resolverá el problema. La gran pregunta que deben hacerse los colegios hoy es: ¿cómo llevar a la práctica esta cátedra de manera efectiva?

La importancia de un enfoque probado y estructurado

Prevenir el bullying no se logra con buenas intenciones. Se requiere de metodologías estructuradas, basadas en evidencia científica y con capacidad de adaptarse a las diferentes etapas del desarrollo de los estudiantes. Ahí es donde programas como KiVa se convierten en aliados estratégicos para las instituciones educativas.

KiVa es un programa finlandés con más de 20 años de investigación y aplicación en más de 2.500 colegios alrededor del mundo. Su impacto ha sido contundente: ha logrado reducir el acoso escolar hasta en un 50% en su primer año de implementación, gracias a un enfoque que integra a toda la comunidad educativa (estudiantes, docentes y padres) en la prevención, intervención y monitoreo de los casos de bullying.

KiVa como complemento a la Cátedra de Educación Emocional

Aunque la Ley 202 contempla algunos programas específicos, KiVa se alinea perfectamente con los objetivos de la Cátedra de Educación Emocional. Este programa trabaja sobre tres pilares esenciales: la prevención, la intervención y el monitoreo.

Además, abarca desde la educación básica hasta la educación media y alta, abordando temas como la regulación emocional, la empatía, la comunicación efectiva, la toma de decisiones y la prevención de conductas de riesgo. KiVa no solo enseña a los estudiantes a identificar y expresar sus emociones, sino que les brinda herramientas concretas para resolver conflictos de manera pacífica.

Evaluación y sostenibilidad: claves para una implementación exitosa

Uno de los mayores desafíos de esta nueva cátedra será asegurar que su implementación no se quede solo en el papel. En este sentido, KiVa ya cuenta con una estructura que contempla seguimiento, formación continua y evaluación anual del impacto del programa. A través de encuestas, se recopila información que permite ajustar estrategias y crear planes de acción personalizados por el colegio.

Además, KiVa promueve la formación de docentes con entrenadores certificados que acompañan el proceso durante al menos tres años, garantizando su sostenibilidad y mejora continua.

Una oportunidad para transformar la educación

Implementar la Cátedra de Educación Emocional con apoyo de programas comprobados como KiVa no solo representa una acción contra el bullying: es una inversión en el bienestar, la salud mental y el futuro de los estudiantes colombianos.

Hoy más que nunca, los colegios están llamados a asumir un rol activo en la construcción de ambientes escolares seguros y emocionalmente saludables. Contar con herramientas efectivas no es un lujo, es una necesidad.

En conclusión, La Ley 202 de 2024 representa un avance significativo en la lucha contra el bullying en Colombia al establecer la Cátedra de Educación Emocional en todos los niveles escolares. Sin embargo, su éxito dependerá de cómo se implemente en la práctica. En este contexto, el programa KiVa emerge como un complemento ideal, gracias a su enfoque integral, basado en evidencia y probado internacionalmente. 

Al incorporar metodologías como KiVa, los colegios no solo pueden reducir significativamente los casos de acoso escolar, sino también fomentar el desarrollo emocional y social de sus estudiantes. Esta es una oportunidad clave para transformar el entorno educativo en un espacio más seguro, empático y resiliente.

Conoce cómo se implementa KiVa en Colombia.