El paso de la niñez a la adolescencia ¿Cuándo los niños dejan de ser niños?

Uno de los momentos más complejos de afrontar a nivel emocional para muchos, es la llegada de la adolescencia. Concretamente, el paso de la niñez a la adolescencia. Y es que se trata de una época llena de cambios, acompañada de un revuelo de hormonas que nos hacen sentir una gran cantidad de cosas que muchas veces no sabemos explicar.

El paso de la niñez a la adolescencia

Esta etapa conlleva necesariamente un proceso de duelo, en el que nuestros hijos dejan de ser los niños que hasta hace poco jugaban y disfrutaban estando siempre con nosotros, para dar paso al reto de afrontar una nueva etapa, bonita pero compleja: la adolescencia. ¿Qué cambios conlleva este proceso? ¿Cómo acompañar a nuestros hijos en esta transición tan importante?

Una transición hacia la adolescencia

En realidad, no es tanto una pérdida (nada se pierde en realidad, todo lo que vivimos se queda en nuestra forma de ser); en este caso, el duelo está más enfocado a la tarea de afrontar un cambio de etapa, una transición que conlleva una adaptación y una nueva realidad.

Así, los duelos pueden presentarse en nuestros hijos cuando nos mudamos de casa, cuando cambian de colegio y, por supuesto, cuando dejan atrás la etapa de la niñez para adentrarse en la de la adolescencia.

Despedirse de la infancia

Este proceso puede ser un poco complejo, pero es preciso que los niños pasen por esta etapa para poder dar un cierre a su niñez, despedirse de la infancia y darle la bienvenida a esta nueva etapa del desarrollo.

Paso de la niñez a la adolescencia: un proceso natural

A diferencia de otros procesos en los que se presenta una elaboración del duelo, el que se presenta en el paso de niños a adolescentes se da de manera inconsciente, y evoluciona de forma natural.

Cambio de actitudes

Es normal que durante esta etapa existan cambios significativos en las actitudes de nuestros hijos, que pueden manifestarse a través de la rebeldía, por ejemplo, o de demostraciones de molestia o rabia que no solían tener, e incluso pueden volverse desafiantes ante las figuras de autoridad.

Apatía o desinterés

Por otra parte, para algunos niños la situación les puede llevar a mostrarse apáticos, perdiendo el interés por casi todo, incluyendo las actividades que solían gustarles. Esto puede alarmar a algunos padres y hacerles pensar que pudiese tratarse de una depresión, pero recuerda que en esta etapa nuestros gustos e intereses cambian.

Sin embargo, si estas actitudes te preocupan o notas que son más marcadas de lo que crees que pueda ser esperado durante esta etapa del desarrollo, no dudes en acudir a un profesional de la salud mental, quien te orientará al respecto.

¿Qué podemos hacer como padres?

Como padres, madres y/o cuidadores, es normal que queramos saber cómo ayudar a que nuestros hijos puedan pasar de la niñez a la adolescencia de manera más llevadera y adaptativa, sin tanto conflicto.

Si bien hay situaciones que son inevitables de pasar, e incluso, necesarias para el crecimiento de nuestros hijos, hay algunas recomendaciones que pueden ser de gran ayuda para apoyarlos durante el proceso de duelo que implica la transición de niños a adolescentes:

Ten mucha paciencia

Este proceso puede ser un gran desafío para los padres, y entre tantos cambios de nuestros niños, resulta fácil llegar a sentirse cansado y frustrado.

Si esto te sucede no te sientas mal, no eres un mal padre, solamente eres un ser humano y tienes derecho a estar cansado. Eso no te hace malo ni disminuye el amor que sientes por tus hijos. En este punto: la paciencia es clave.

No supongas, pregunta

Pregúntales a tus hijos si hay algún tema del que quieran conversar, o si tienen dudas o temores que les gustaría aclarar.

Eso sí, es muy importante que no presiones la comunicación. No los obligues a hablar de lo que sienten, respeta sus tiempos y sus procesos. Solamente procura recordarles siempre que estás ahí para cuando quieran hablar.

Calma y serenidad

Durante esta etapa del desarrollo nuestros hijos experimentan una gran inestabilidad en todos los ámbitos de su vida, y esto puede llegar a ser muy angustiante.

Como padres, debemos mostrar siempre calma y confianza, abrazando cada una de las situaciones que se presentan con naturalidad.

El proceso terapéutico

Por otro lado, conviene recordar que los procesos terapéuticos son de gran ayuda en cualquiera de las etapas de la vida. En esta en particular, puede ser un excelente apoyo para que nuestros hijos aprendan a conocerse dentro de todos los cambios que están experimentando.

Además, a través de la terapia podrán adquirir estrategias para que este proceso les sea mucho más sencillo, así como elaborar un proceso de duelo que les permita despedirse amablemente y con alegría de su niñez, para dar paso e iniciar su camino por la adolescencia.

No es necesario esperar a que nuestros hijos demuestren tener grandes dificultades o conflictos en esta etapa para acudir a un terapeuta. Te recomendamos hacerlo como parte de las actividades que haces para darles más y mejores oportunidades a tus hijos de ser felices en la vida.

Una etapa de despedidas y nuevos comienzos

Ser padres de un adolescente no es fácil, y los inicios de esta etapa conllevan despedidas pero también bienvenidas y nuevos comienzos.

Tranquilo, tus hijos saben que estás ahí para acompañarlos; seguro que con amor y paciencia esta etapa será una más para recordar en el futuro, y tus hijos la lograrán transitar con muchos aprendizajes detrás.

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Especial para Los Mejores Colegios
Por: Mariana Marroquín Ortiz
Equipo de redacción de Los Mejores Colegios
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