La depresión es un trastorno de salud mental que requiere tratamiento especializado. Por eso, es importante prestarles atención a nuestros hijos si tenemos sospechas de que puedan padecerlo y desde el primer momento brindarles ayuda. Para ello, es fundamental definir qué es la depresión y qué pasos seguir si logras identificarlo.
Con base en lo anterior, te daremos algunas recomendaciones desarrollas por el portal web Healthy Children y Child Mind Institute.
¿Qué es la depresión en la adolescencia?
Como lo mencionamos antes, es un trastorno de salud y, aunque, se asocia mucho con la tristeza, puede presentar otros síntomas, por ejemplo, si nuestro hijo:
-Está de ánimo triste o irritable la mayor parte del día. Tu hijo puede decir que se siente triste o enojado o parece al borde de las lágrimas o de mal humor.
-No disfruta de las cosas que solían hacerlo feliz.
-Un cambio notable de peso o en la forma de comer, ya sea mucho o poco.
-Duerme muy poco durante la noche o demasiado durante el día.
-Ya no quiere estar con la familia o con los amigos.
-Falta de energía o se siente incapaz de hacer tareas simples.
-Sentimientos de que no vale nada o de culpa. Baja autoestima.
-Problemas para enfocarse o tomar decisiones. Las calificaciones de la escuela pueden bajar.
-No se preocupa por lo que pueda pasar en el futuro.
-‘Achaques’ y dolores cuando todo está bien.
-Pensamientos frecuentes sobre la muerte o sobre el suicidio.
Cualquiera de estos síntomas puede presentarse en niños que no están deprimidos, pero cuando se presentan todos juntos casi todos los días, son señales de alerta de la depresión.
¿Qué debemos hacer si creemos que nuestro hijo está deprimido?
-Lo primero es hablar con nuestro hijo, no podemos simplemente suponer, es fundamental conocer lo qué siente, al igual que preguntarle sobre las cosas que suceden en el hogar y en la escuela que le pueden estar molestando.
-No estamos solos, hablemos con el médico de nuestro hijo o con algún experto que nos pueda asesorar. De hecho, algunos problemas médicos pueden causar la depresión. Nuestro doctor puede recomendar psicoterapia (asesoramiento para ayudar a las personas con sus emociones y comportamiento) o medicamento para la depresión.
-El médico de nuestro hijo puede hacerle una evaluación para detectar depresión todos los años desde los 11 a los 21 años debido a que el suicidio es la causa principal de muerte en los adolescentes. Cualquier pensamiento suicida debe tratarse como una emergencia.
Para leer el artículo completo ingresa a: www.healthychildren.org/Spanish/health-issues/conditions/emotional-problems/Paginas/childhood-depression-what-parents-can-do-to-help.aspx
Para complementar lo anterior, Child Mind Institute nos comparte recomendaciones adicionales:
-Empecemos escuchando sin juzgar, sin tratar de “arreglar” a nuestro hijo.
–Mostremos apoyo:
No tenemos que entenderlo todo, pero si vemos a nuestro hijo con cambios emocionales actuemos con empatía y comprensión. No nos dejemos llevar por la frustración. Si nuestro hijo parece estar desanimado e irritable la mayor parte del tiempo y no parece estar haciendo mucho para ayudarse a sí mismo, recordemos que la depresión hace que incluso las cosas más pequeñas sean más difíciles.
Asimismo, mostremos curiosidad y compasión con nuestros hijos. La recomendación de Child Mind Institute, es hacerles preguntas sobre su estado de ánimo sutilmente, sin ponernos emotivos. Lo anterior, porque incluso los padres con las mejores intenciones, a menudo no se dan cuenta de que su preocupación puede sonar como una crítica en lugar de una expresión de amor. Adicionalmente, no juzgar o tratar de resolver los problemas de nuestros adolescentes, incluso si no estamos de acuerdo con su punto de vista.
–Acentuemos lo positivo:
Es fundamental reconocer las cosas que hace nuestro hijo adolescente. Por ejemplo, ir a colegio, mantener un trabajo a tiempo parcial, lavar los platos o recoger a su hermano de la práctica de fútbol: Estas son todas las cosas buenas que está haciendo, y es importante reconocerlas en lugar de pensar: “Esto es lo que debería hacer”. A todos nos gusta ser apreciados y reconocidos por hacer un buen trabajo incluso cuando hacemos lo que se espera de nosotros.
–Ayudemos a que los niños con depresión reciban tratamiento:
Aunque en los últimos años se ha normalizado pedir ayuda psicológica, aún nos hace falta. Muchos jóvenes preferirán no asistir a terapia y debemos guiarlos y explicarles la importancia de ir. Por ejemplo, digámosles: “Sé que la estás pasando mal y tengo algunas ideas de cosas que podrían ayudar. Si quieres hablar conmigo sobre esas ideas, házmelo saber. Estoy aquí para lo que necesites”.
Por otro lado, con respecto a los tipos de terapia que pueden ser útiles para los adolescentes con depresión, se ha demostrado que los siguientes pueden funcionar:
Terapia interpersonal (TIP): Una forma de psicoterapia que se centra en las relaciones de un paciente con sus compañeros y su familia, y en cómo estas pueden afectar positiva (y negativamente) su estado de ánimo y su comportamiento. También es conocida como psicoterapia interpersonal.
Terapia cognitivo-conductual (TCC): Un enfoque terapéutico que enseña a los individuos a controlar sus pensamientos para que puedan tener un mejor manejo de sentimientos no deseados y prevenir comportamientos problemáticos.
Terapia conductual dialéctica (TCD): Una forma de tratamiento que se centra directamente en la reducción o el control de las conductas problemáticas sin prestar especial atención a los pensamientos, los acontecimientos o las circunstancias que provocaron las conductas.
Activación conductual: Forma de terapia conductual utilizada para tratar la depresión que alienta a los niños a participar en actividades en las que han perdido el interés, con el objetivo de reactivar la energía y los pensamientos positivos.
Amplía esta información haciendo clic en: www.childmind.org/es/articulo/como-ayudar-su-adolescente-deprimido
Por: Andrea Carolina Pedroza
Equipo de redacción de Los Mejores Colegios