¿Su hijo perdió el año? Conozca qué hacer y qué no en este tipo de casos

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Aunque para el niño, los padres y las instituciones educativas reprobar el año lectivo no es una sorpresa, éste no deja de ser uno de los temas que más preocupan a las familias por esta temporada. Según cifras de la Secretaría de Educación de Bogotá, durante el año pasado, la tasa de reprobación en los colegios fue de un total de 9.7% representando una tendencia creciente frente a los años anteriores.

Enterarse de que su hijo reprobó el año resulta angustiante, difícil de tramitar y, en algunos casos, frustra la relación como padres y las expectativas que tiene de su hijo. Por esta razón, Justo Andrés Mesa, coordinador de psicología del Gimnasio Moderno, indica las recomendaciones sobre qué hacer y qué no en caso de que su hijo sea uno de los que repetirá el año escolar:

¿Qué hacer?

1. Entender que perder no es siempre un aspecto negativo: La primera clave es entender que el año no se perdió, en estricto sentido, lo que pasa es que el estudiante se va a retrasar con respecto a sus compañeros y si se hace este cambio en el lenguaje, se podrá comprender que esa experiencia traumática va a reforzar la resiliencia en los niños y en sus familias, que es la capacidad de recoger todo lo bueno de cualquier situación traumática de la vida y a su vez fortalecer la tolerancia a la frustración y a la crisis, que sin duda alguna será una herramienta para toda su vida.

2. Hablar con los niños: Luego del cambio de conceptualización, lo siguiente es tener una conversación padre e hijo en la cual se indague sobre el proceso y las razones por las cuales no se alcanzaron los resultados esperados. Hablando con los niños y viendo el por qué no aprobó, se tiene la oportunidad de identificar qué aspecto pudo ser el debilitante: como la falta de disciplina, de autonomía para hacer las tareas, etc. y con ello, empezar a implementar estrategias como hábitos de estudio o diferentes métodos de enseñanza.

3. Hablar de manera prospectiva: La tercera recomendación es no quedarse en los reproches sino hablar de una manera prospectiva donde definan como familia qué van a hacer, qué se puede implementar o qué se tiene que mejorar para que no vuelva a pasar eso. Muchas veces, en este punto se decide si lo mejor es cambiar de colegio ya que algunos estudiantes se dan cuenta de que no encajan en la institución en donde están.

¿Qué no hacer?

1. No haga comparaciones con sus hijos: No es recomendable que compare a sus hijos con el resto de sus familiares o compañeros; estas acciones no construyen, lo único que hacen es sumir al estudiante en una situación de mayor tristeza, no solo por haber reprobado, sino también por decepcionar a sus padres.

2. No busque culpables: Ni el estudiante ni su familia pueden empezar a buscar culpables, muchas veces nos estancamos en que la culpa es del profesor, del colegio o de los amigos. Según el especialista, esto genera más heridas y ahonda en las frustraciones.

3. No empiece a exigir desmesuradamente: Si como padres empezamos a exigirle a nuestros hijos desmedidamente como producto de la reprobación, esto no va a tener resultados positivos puesto que no se están generando oportunidades para mejorar sino todo lo contrario, momentos de imposición de autoridad, cuando lo importante es el diálogo y los mutuos acuerdos.

Para finalizar, el profesional de psicología, resalta la importancia de que “las instituciones educativas permitan a los estudiantes volver a intentar el proceso de cara a darles una segunda oportunidad. Como padres no debemos perder la confianza que tenemos en nuestros hijos y como profesores debemos entender a profundidad los procesos de aprendizaje y acoplamiento de cada uno de ellos” concluye.

*Por: Francy Parra Parra

Analista de comunicaciones

Gimnasio Moderno

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