El ex Senador Edgar Espíndola, en entrevista con la revista Edu.co, explicó la relevancia de revalidar el modelo educativo, en los momentos actuales, y los fundamentos científicos que validan un necesario revolcón al sistema de educación en todo el país.
Aunque es una idea poco convencional, una vez explicada la propuesta de que los docentes no dejen tareas a los estudiantes cobra sentido, pues esta novedosa propuesta pretende renovar el sistema educativo nacional que prácticamente se anquilosó desde hace más de 50 años.
En palabras del ex Senador Espíndola, la idea “no se basa en que no se hagan tareas, lo que propone es que las tareas se hagan en el colegio, en compañía de los compañeros y del profesor, y que, una vez finalizada la jornada, los estudiantes puedan vincularse a otro tipo de actividades, ya sean deportivas, lúdicas o de conocimiento de sus comunidades; actividades que les den la posibilidad de desarrollarse integralmente como seres humanos. Esto, es solo la primera parte de una intensa reforma que se debe hacer al antiguo modelo curricular en el que se ha creído ciegamente por años”.
Y es que, para el ex Senador Espíndola, “llegó el momento de educar a una nueva generación con las herramientas que imponen la tecnología y la sociedad actual. Se debe eliminar la idea de que la educación es un requisito más y el colegio la forma de cumplir dicho requisito. Debemos procurar que ambas instancias se conviertan en un medio para fortalecer el desarrollo personal, el cual se debe fomentar en muchas áreas, para que sea completo y para que la formación basada en la acumulación de datos no se vuelva el pilar de la academia. Debemos promover, que sea la imaginación, potenciada por las actividades extracurriculares, la que produzca verdaderos cambios y reformas en la sociedad y les dé a los estudiantes las herramientas para poder ser los hombres del mañana”.
Amparado bajo esa nueva propuesta, hace una crítica al sistema pedagógico de los colegios públicos porque considera que están sobrecargando a los estudiantes. Al comparar la jornada estudiantil de estos niños, con la jornada laboral, se evidencia dicha sobrecarga.
Los estudiantes afrontan una jornada de 9 horas en promedio, desde que se levantan hasta que salen del colegio. A ésta, hay que sumarle las horas que invierten en hacer sus tareas, con lo que terminan teniendo jornadas de 14 horas. Ni la jornada de trabajo más dura exige eso a los adultos. Y finalmente agrega, “en muchos casos, son los padres los que terminan realizando esas tareas, lo cual no solo no les corresponde hacer, sino que ocupa un espacio que podría ser utilizado para reforzar los lazos familiares con otro tipo de actividades”.
Pero esta tesis no se sustenta sólo en una reducción de la carga académica y en una observación pasiva del sistema educativo. Sus raíces se alimentan de la teoría de Howard Gardner, un famoso sicólogo, investigador y profesor de la Universidad de Harvard en Estados Unidos, quien en 1983 formuló la teoría de las múltiples inteligencias (ver recuadro) con la que se revalúo la tradicional forma de medir las competencias de los estudiantes a través de la aplicación de pruebas uniformes y universales con las que todos los alumnos demuestran qué tanto aprendieron de las diferentes materias que les fueron enseñadas del mismo modo.
A partir de esta teoría, se modificaron los sistemas educativos de Israel, Taiwán, Nueva Zelandia y Singapur; países que cambiaron sus esquemas tradicionales de educación. Desde entonces han mostrado significativos avances en el campo de la creación y el desarrollo, a partir de un sistema que busca potenciar la imaginación por encima del conocimiento, para que sea aplicada a la solución de problemas reales, contribuyendo de manera útil y valiosa para cada cultura en particular.
Por eso, el ex Senador Edgar Espíndola ratifica: “lo que se busca es una reorganización del conocimiento, vigilar la intensidad horaria de las asignaturas e identificar la utilidad para la formación integral en algunas otras, además de hacer una valoración de la información que se les está dando a los niños, para determinar qué tanto les sirve ese conocimiento en su vida. Lo ideal es que las materias impartidas no sean objeto de estudio simplemente por cumplir con un requisito curricular”.
Para educadores concuerdan con la iniciativa, pues creen que la escuela actual tiene carencias en investigación, acceso a tecnologías y enseñanza de otros idiomas. Se requiere una gran inversión para adecuar las instalaciones educativas de los colegios públicos, y lograr de esta forma que la brecha sea cada vez menor con los colegios privados de calidad, en donde hace años se implementó la formación de las inteligencias múltiples y en los cuales los educandos tienen estándares muy altos a nivel intelectual y académico.
El objetivo de esto es permitir que de verdad los niños aprendan para qué es el conocimiento, cómo lo pueden aplicar y pasar así, de la teoría a la práctica. Así mismo, disminuir el tiempo y los contenidos que requieren cada una de las asignaturas, para poder introducir talleres de laboratorios, experimentos y prácticas que les permitan a los estudiantes tener una estructura sólida para enfrentar los desafíos que exige un mundo globalizado.
LAS INTELIGENCIAS MULTIPLES
Este es un modelo que desarrolló Howard Gardner y que se basa en que las personas cuentan con siete tipos de inteligencias diferentes, mediante las cuales adquieren el conocimiento, solucionan diferentes problemas y en las que evidencian diferentes tipos de habilidades. Esas inteligencias son: lingüístico-verbal y la lógica-matemática, que son, en las que se basa el actual sistema de educación. También se encuentran la espacial, la musical, la corporal cinestésica, la intrapersonal, la interpersonal y la naturalista.
Esta diversidad de inteligencias es lo que permite que los seres humanos tengan talentos y habilidades específicas. Lo que la formación académica debe buscar es potenciar la inteligencia más fuerte que posea cada individuo para que se constituya en un líder en ese campo.
Especial para Los Mejores Colegios