¿Por qué es importante aprender a regular nuestras emociones? Una herramienta para liderar las difíciles situaciones

En esta oportunidad hablaremos de la autorregulación emocional; esa capacidad para experimentar y manejar emociones, sean positivas (alegría, asombro) o negativas (ira, vergüenza, culpa, tristeza, miedo) de forma moderada y flexible, ante un estímulo en el día a día. Para ello y primero que todo, es preciso que la persona sea consciente de sus propias emociones, que las detona, que piensa, que siente…y las exprese de forma adecuada sin entrar en cólera o bloquearse y sepa controlarlas para que se conviertan en pasajeras.

La capacidad para experimentar y manejar emociones segun el Colegio Bilingüe Hispanoamericano Conde Ansúrez de Bogotá

¿Pero qué significa que las exprese de forma adecuada?

Esta muy relacionado con esa afirmación popular que dice que “No podemos manejar lo que nos pasa, pero si cómo reaccionamos ante ello” Y, en ello está el arte de esta capacidad Regularse es tener ira y controlarla, para no pasar a emociones riesgosas como la agresión; es manejar la tristeza o el duelo. para que no se convierta en una depresión; el stress para que no se convierta en ansiedad o en una adicción para mitigarlo.

Es claro que no damos la misma respuesta ante un mismo estímulo cuando estamos calmados que cuando estamos enfadados. Si estamos bajo presión es previsible que demos una respuesta poco eficiente, la cual nos frustrará y hará que suframos más ansiedad. En cambio, si estamos más relajados es posible que pensemos de forma más fría, calculadora y eficiente, dando una respuesta más adaptativa al problema. Por ello es por lo que la autorregulación emocional no se encarga únicamente de los sentimientos. Para poder llevarla a cabo correctamente es necesario ser capaces de modificar también nuestra forma de pensar, nuestra experiencia subjetiva y el comportamiento que adoptamos frente a una reacción automática o impulsiva que no está mediada por el pensamiento. Este talento de la inteligencia emocional hace parte cotidiana del líder que sabe enfrentar las vicisitudes de la vida.
Las emociones más difíciles de regular son el miedo, la tristeza y la ira. El miedo y la tristeza generalmente nos paralizan a la acción, nos llevan a reacciones pasivas o aún peor, a bloqueos que no nos permiten enfrentarnos proactivamente frente a personas, situaciones o pensamientos. Por eso la importancia de enseñar a las personas desde niños, a enfrentar la frustración por no conseguir algo, a intentarlo de nuevo, a hacer las cosas por si mismos superando sus inseguridades.

La ira, por su parte, nos puede llevar a comportamientos dañinos o poco asertivos con personas, objetos o hechos. Con frecuencia las personas se escudan en el temperamento que marca el grado de intensidad con el que se reacciona. En los primeros años se reflejan como las rabietas o pataletas y por eso la importancia que desde niños se les enseñe a aceptar el No, como respuesta, la espera como alternativa o el error como posibilidad.

¿Son nuestras reacciones emocionales innatas o aprendidas?

Fundamentados en la teoría modal de las emociones, ésta considera que las emociones no son reacciones instintivas, sino que se dan por diferentes motivos, como el contexto, la predisposición de la persona. Es aquí donde entraría la idea de cómo la autorregulación es enseñable y moldeable para tener la capacidad de intervenir la forma en que nos enfrentamos a situaciones lo que nos lleva a otras habilidades necesarias a desarrollar:

  • autocontrol para elegir el modo y momento más adecuado. Para reaccionar de una forma asertiva y equilibrada que evite los extremos de pasividad o agresividad
  • integridad para comunicar lo que siento y pienso, para actuar acorde con los propios valores y creencias
  • responsabilidad para entender que no podemos tomar decisiones que no sean fruto de la serenidad, de considerar diferentes perspectivas y de tener en cuenta las necesidades de los demás
  • adaptabilidad para enfrentar con coraje y flexibilidad situaciones de cambio, para ver oportunidades ante desafíos, para reiniciar procesos

Como se aprecia, el proceso de nuestro autoconocimiento es constante, para la autorregulación emocional desde niños, ahora adultos; es un reto para dominar nuestro carácter ante situaciones difíciles que debemos sortear en nuestras actividades cotidianas como líderes de empresas o casa, para ser parte de la solución y no contribuir al conflicto, que algunas veces termina en alguna forma de violencia.

Para terminar este mensaje, agregaría dos importantes recomendaciones que nos ayudan a forjar nuestra regulación: La humildad y la prudencia. La humildad para reconocer y aprender de lo que hacemos mal, para ser capaces de concebir como válidas las percepciones de los demás, para escuchar, para aprender del otro. La prudencia para buscar el momento adecuado para reaccionar y elegir el modo correcto, para considerar objetivamente todas las posibilidades antes de decidir.

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Especial para Los Mejores Colegios

Por: María Helena Matamala S

Psicóloga y Mag. en Educación

Rectora Colegio Bilingüe Hispanoamericano Conde Ansúrez