En el tejido social de cada país, la educación es el hilo conductor que une generaciones, transmitiendo no solo conocimientos académicos, sino también los valores fundamentales que moldean a los individuos y a la sociedad en su conjunto. Cuando consideramos la educación de nuestros hijos, no solo buscamos excelencia académica, sino también la formación de seres humanos íntegros, capaces de contribuir al bienestar común y de enfrentar los desafíos del mundo con solidez moral y ética.
Los valores familiares son el cimiento sobre el cual se construye la personalidad de cada individuo. Son aquellas enseñanzas, creencias y principios que nos guían en nuestras interacciones con el mundo que nos rodea. Desde el seno familiar, se transmiten valores como el respeto, la solidaridad, la honestidad y la responsabilidad, entre otros, que son la base de una convivencia armoniosa y una sociedad justa y equitativa.
Es en esta línea que los colegios de comunidades religiosas juegan un papel fundamental. Al igual que las familias colombianas, estos colegios colocan los valores en el centro de su labor educativa. Más allá de la transmisión de conocimientos, se dedican a formar a sus estudiantes como líderes íntegros, capaces de impactar positivamente en su entorno y de contribuir al bienestar colectivo. En el Liceo de Cervantes, esta visión se materializa en un compromiso firme con la educación integral, donde la excelencia académica va de la mano con el desarrollo de valores humanos sólidos.
La educación cristiana-católica, en particular, se fundamenta en los principios evangélicos de amor, compasión y servicio. Desde esta perspectiva, el Liceo de Cervantes se propone no solo formar buenos estudiantes, sino también buenos ciudadanos, comprometidos con el prójimo y con la construcción de una sociedad más justa y solidaria. En este contexto, el colegio se concibe como un espacio de aprendizaje y crecimiento personal, donde se fomenta el diálogo, el respeto mutuo y la búsqueda constante de la verdad.
Uno de los pilares fundamentales del Liceo de Cervantes es la búsqueda de la perfección como ser humano. Más allá de la mera adquisición de conocimientos, se promueve el desarrollo integral de cada estudiante, cultivando sus habilidades sociales, emocionales y éticas. Desde una perspectiva holística, se busca formar individuos capaces de enfrentar los retos del mundo con confianza y determinación, manteniendo siempre un compromiso con la excelencia y la ética.
La disposición para servir es otro de los valores fundamentales que se promueven en el Liceo de Cervantes. Conscientes de su rol en la sociedad, los estudiantes son alentados a poner sus habilidades al servicio de los demás, contribuyendo así al bienestar colectivo y al desarrollo de su comunidad. A través de proyectos sociales y actividades extracurriculares, se fomenta el espíritu de solidaridad y la empatía hacia aquellos que más lo necesitan.
La convicción de hacer siempre lo correcto a la primera vez es otro de los principios que guían la labor educativa del Liceo de Cervantes. Desde temprana edad, se inculca en los estudiantes el valor de la honestidad y la integridad, animándolos a actuar con rectitud en todas sus acciones. Se promueve una cultura de responsabilidad y respeto hacia uno mismo y hacia los demás, como base para una convivencia armónica y una sociedad justa.
La apertura y flexibilidad ante la posibilidad de cambio son también características distintivas del enfoque educativo del Liceo de Cervantes. Conscientes de los desafíos del mundo contemporáneo, el colegio se adapta constantemente para ofrecer una educación relevante y significativa, que prepare a los estudiantes para enfrentar los retos del siglo XXI. Se fomenta la creatividad, la innovación y el pensamiento crítico, como herramientas fundamentales para el éxito personal y profesional en un mundo en constante transformación.
En conlusión, el Liceo de Cervantes se erige como un referente en la formación de líderes íntegros y comprometidos con el bienestar común. Más que un centro educativo, es un espacio de crecimiento personal y colectivo, donde se promueven valores como el respeto, la solidaridad, la honestidad y la responsabilidad. En un mundo cada vez más complejo y cambiante, el compromiso del colegio es preparar a sus estudiantes para ser agentes de cambio positivo, capaces de contribuir al progreso de su comunidad y de la sociedad en su conjunto.
El Padre Fray William Josué Carreño Mora, Rector del Liceo de Cervantes, explica que “en un ambiente donde nuestros alumnos están expuestos a diversos medios de comunicación y las noticias más recurrentes no manejan los temas con responsabilidad, vemos necesario que nuestro programa de educación en valores, aporte los criterios suficientes para que nuestros jóvenes tengan la capacidad de afrontar problemáticas sociales y personales desde un concepto constructivo”.Es por esto, que el colegio se enfoca en el aprender a ser, por medio de la interioridad, la búsqueda de la verdad y la libertad, y aprender a compartir por medio de la amistad, el amor, la solidaridad y educando en y para la comunidad.La espiritualidad, el educar para la vida, la identidad institucional, la dignidad de la persona y la excelencia, son los principios que caracterizan a sus alumnos y son los mismos que sus familias le inculcan a sus hijos. Es de esta forma como juntos, con los valores de hoy, forman a los líderes del mañana. “No es para las aulas que se educa al individuo, sino para la vida misma”. San Agustín¿Qué colegio ayuda a educar y construir los mejores valores para tus hijos?,