Adiós a la comida chatarra

adios a la comida chatarra

La mesa familiar pasa a ser un campo de batalla en donde gana el niño con la disculpa “que coma lo que le gusta para que no se quede con el estómago vacío”. Y lo que le “gusta” pueden ser hamburguesas, dulces, gaseosas y fritos.

Algunos expertos de Estados Unidos calculan que el consumo de comidas rápidas durante la infancia ha aumentado 8 veces, y ha pasado del 2% a finales de la década de 1970, a un 16% a mediados de la década de 1990. Durante este periodo, el número de restaurantes que sirven comida rápida se ha incrementado el doble en EEUU. En Colombia, la oferta de este tipo de comidas también ha crecido y se convierte en una salida obligada por la urgencia del tiempo y/o la comodidad, factores que pesan más que el deseo de contribuir mediante la alimentación a una buena salud. Es importante enfatizar que si queremos niños, jóvenes y adultos sanos, debemos tener hábitos adecuados de nutrición desde la infancia. La comida rápida produce niños mal alimentados e incluso propensos a enfermedades como caries, obesidad y diabetes infantil.

¿Cómo lograr que nuestros hijos coman de todo?

Primero, es necesario que los adultos revisen su forma de comer y eliminen de su dieta los alimentos que hacen daño. Bien reza la frase: educa con el ejemplo. De nada sirve pregonar sobre las maravillas de la dieta sana si el niño ve que el papá se sienta a ver televisión comiendo hamburguesas y papas fritas. Por lo tanto toda la familia debe llevar una dieta balanceada donde se incluyan todos los grupos alimenticios para que así, obtengamos todos los beneficios que estos nos brindan y que nuestro organismo necesita:

Grupo 1. Frutas y verduras: aportan principalmente agua, vitaminas y fibra; además dan color y textura a los platos.

Grupo 2: Cereales y tubérculos: son los encargados de brindar energía, fibra, vitaminas y minerales. Algunos ejemplos: galletas, pan, pasta, arroz, cereales, maíz y papa, entre otros.

Grupo 3: Leguminosas, alimentos de origen animal y lácteos: este grupo es el responsable de las proteínas y la grasa. Las leguminosas (fríjoles y lentejas) además de su alto aporte proteínico de alta calidad, son ricas en hierro de origen vegetal.

Maribel Santaló, nutricionista y especialista en la elaboración de menús, explica que la división por grupos de alimentos permite identificarlos para mezclarlos adecuadamente. Propone que el menú tenga frutas y verduras en todas las comidas: desayuno, medias nueves, almuerzo, onces y cena. Sugiere suficientes cereales y tubérculos (se pueden combinar con las leguminosas: lentejas con arroz o fríjoles con arroz) y considera que es mejor comer pocos alimentos de origen animal. Esta recomendación es apta para niños y adultos; también intentar no comer todos los días lo mismo ni tampoco en un día repetir un alimento en todas las comidas. Los fritos, los dulces (azúcar refinada) y el exceso de sal son algunas de las cosas que debemos evitar.

Tips

No hay una regla infalible, pero sí consejos útiles:

  • Servir porciones pequeñas a los niños de poca edad; si quedan con hambre, ellos pedirán más.
  • Hacer de la hora de la mesa un momento placentero y saludable para el cuerpo y para la familia.
  • Invitar a los niños a que colaboren en la elaboración de los alimentos.
  • Por: Martha Helena López U.
    Vega & Jaramillo Comunicaciones
    Especial para Revista Edu.co