Una nueva herramienta disruptiva se presenta en el mundo entero. En mayor o menor medida todos, en poco tiempo, hemos vivido conversaciones sobre el ChatGPT. Parecía al principio que era más de lo mismo, es decir, un buscador más como Bing o Google.
Tal vez una elaborada enciclopedia virtual. Pero lo que asombra, es su capacidad para redactar en tiempo real respuestas desde parámetros que el usuario determina con coherencia coloquial o académica, fluida, sintácticamente muy aceptable. Tan extensa y aparentemente tan especializada que podría desarrollar comprensiones al nivel de trabajos de especialización, maestría y, con un poco más de desarrollo futuro, doctorados. Pero eso no es todo… Puede chatear, puede ser banal, puede dar respuestas inmediatas, puede tomar decisiones. Y luego, las profecías del fin de los tiempos: ¿Se acaba la educación como la conocemos? ¿Los maestros no tendrán empleo? ¿los niños no requerirán los colegios? Como cada respuesta es original ¿Ya no podemos hablar de plagio?
En nuestro Liceo la Sabana no somos ajenos ni al mundo en que vivimos ni a sus transformaciones. De acuerdo con la posibilidad de que sea una inflexión en la forma cómo adquirimos conocimiento, radicalmente en contra de moralizarlo o señalarlo o proscribirlo. Al momento de elaborar este artículo discutimos como comunidad las formas en que la herramienta afinará nuestro propósito de enseñar a pensar, de forjar criterio moral, de aprender a aprender y a convivir. ChatGPT no es humano. Es una creación humana que nos apasiona y sorprende como especie. ChatGPT nos urge en el desarrollo de habilidades superiores, en nuevos diseños curriculares, en estudiantes más capaces de afrontar esta realidad conmocionada y retadora que trasciende una virtualidad de diseño en la que todo está al alcance de un clic.
Atenderemos el llamado a vivir en nuestras aulas con más ahínco y posibilidad de seguir trabajando en “Ser pensadores dinámicos que transforman realidades”.