Colegio Rochester de Chía celebra 20.000 árboles sembrados
El Colegio Rochester de Chía alcanzó un hito que trasciende cualquier cifra: la siembra de su árbol número 20.000. Este logro, celebrado el 15 de noviembre, representa un acto simbólico que combina propósito, legado ambiental y una profunda coherencia institucional. Aunque sembrar un árbol pueda parecer una acción sencilla, cada siembra refleja años de compromiso y una visión educativa que integra la sostenibilidad como parte fundamental de la formación humana.
Desde el año 2012, la comunidad del Rochester ha sembrado árboles en Chía y sus alrededores como un gesto silencioso, pero transformador. Cada raíz que toca la tierra profundiza también el legado que la institución ha construido: un futuro más verde, consciente y humano, donde estudiantes y familias participan activamente del cuidado ambiental.
Más que árboles: un ejercicio de conciencia colectiva
Alcanzar los 20.000 árboles sembrados va más allá de una meta ambiental. Cada árbol simboliza educación, cuidado, resiliencia y conexión con el entorno. Este logro ha sido posible gracias al compromiso conjunto de estudiantes, familias, docentes, exalumnos, colaboradores y aliados estratégicos. La siembra se convierte así en una huella viva que contribuye directamente a:
- La recuperación de ecosistemas.
- La protección de nacimientos y fuentes de agua.
- La conservación y aumento de la biodiversidad.
- La formación de una conciencia ambiental sólida y duradera.
Para el Colegio Rochester de Chía, sembrar no es una actividad aislada, sino una forma de educar. Es enseñar a los estudiantes que cada decisión tiene un impacto en el mundo y que ellos pueden ser protagonistas del cambio. Esta filosofía ha permitido que la sostenibilidad se convierta en un pilar central de su identidad institucional.
Un encuentro significativo en la Reserva Natural Tiquiza
La siembra del árbol número 20.000 tuvo lugar en la Reserva Natural Tiquiza, un territorio lleno de riqueza ambiental y significado para la comunidad Rochester, que ha trabajado allí durante más de una década. Desde temprano en la mañana, directivos, familias y nuevos sembradores se reunieron para celebrar este hito con gratitud y propósito renovado.
Cada árbol fue plantado con intención y conciencia. La jornada se convirtió en un espacio de reencuentro, conversación y reflexión sobre el futuro que se quiere construir y el legado que cada persona deja en el planeta.
Una identidad profundamente sostenible
Este logro está completamente alineado con la esencia del Colegio Rochester de Chía. La sostenibilidad no es un proyecto temporal ni un requisito institucional: es una filosofía de vida. El campus es reconocido internacionalmente por sus prácticas ambientalmente responsables y por una infraestructura certificada que refleja ese compromiso. Sin embargo, el verdadero impacto no está solo en lo que se ve, sino en lo que se siembra dentro de cada estudiante.
Lo más valioso no son únicamente los árboles que crecen alrededor del campus, sino aquellos que empiezan a crecer en la conciencia de los miembros de la comunidad.
Sembrar: un acto de fe en el mañana
Sembrar un árbol es creer en el futuro. Es confiar en que otros disfrutarán su sombra, su aire, su vida. Por eso, este momento no marca el final de una meta, sino el inicio de una nueva etapa. La naturaleza no se detiene, y el Colegio Rochester tampoco. Ya sueña con los próximos 20.000 árboles, reafirmando que no solo siembra árboles, sino vida, conciencia y futuro.
