Celebración del día del idioma en el Gimnasio Los Robles de Bogotá

Vindicación de los malhablados – Celebración día del idioma en el Gimnasio Los Robles de Bogotá

Por: Juan Camilo Rodríguez Cortés – Docente de Español y literatura 

Permítanme comenzar con un secreto: ¿sabían que, en Cien años de soledad, el coronel Aureliano Buendía escribió tantos poemas de guerra como versos de amor, pero nunca los firmó? Porque, según él, “las palabras no son de quien las escribe, sino de quien las necesita”. Y hoy, justamente, necesitamos palabras. 

Este no es solo un día para celebrar el idioma, sino para recordar que el español no es un museo de reglas gramaticales, perífrasis verbales, o pretéritos pluscuamperfectos por conjugar, el español es un río desbordado en el cual nunca nadie se baña dos veces, un río donde caben todos: los que escriben con *h* o sin ella, los que hablan de tú, de vos, usted o sumercé, los que aún tratan de diferenciar el “hay” de haber, el “ahí” de lugar, y el “ay” me dejó la ruta. Porque el idioma, como en el realismo mágico de García Márquez, es un lugar donde lo imposible se vuelve cotidiano: donde las lluvias duran exactamente los 43 minutos del descanso, donde se puede volar cuando nuestro nombre suena por el altavoz, o donde un profesor puede sobrevivir a 32 libros de Santillana sin corregir… aunque esto último ya sea realismo puro.

Hoy me han dado la oportunidad de dar estas palabras, pero estas no son mis palabras, son las palabras de cada uno de ustedes que me escucha: de ese estudiante que escribe un mensaje con emojis y logra decir más que otra tediosa relatoría de Español, del estudiante que susurra un chiste en clase y hace reír hasta al profesor más serio de Sociales, del estudiante que utilizó chat GPT pero el examen era de Educación física. Sí, estas son las palabras de ellos, por eso hoy quiero invitarlos a que las usen.

Quiero invitarlos a que comprendan que incluso los silencios hacen parte de la comunicación, a que se dejen llevar por cada letra, cada palabra, cada verso, porque detrás de ellos hay dolor, amor, nostalgia, alivio y pasión, hay humor, orgullo angustia y esperanza.

Hoy no somos solo estudiantes y profesores: somos narradores de un pueblo llamado lenguaje, donde cada voz cuenta. Así que cuando salgan de aquí, llévense todas estas palabras en los bolsillos, como un amuleto. Porque en un mundo lleno de ruido, quien domina el lenguaje no es el que más habla, sino el que logra ser escuchado.

Feliz día del idioma, muchas gracias. 

Conoce el proyecto educativo del Gimnasio Los Robles en el portal de Los Mejores Colegios.

Comparte:

Relacionados: