Las artes son una herramienta de construcción social, debido a que permiten generar nuevas realidades y modelos de aprendizaje basados en la expresión y la creación. Por esta razón, es esencial que estos procesos artísticos sean apoyados desde el colegio.

Históricamente, el arte ha sido considerado como la expresión máxima del ser humano, pues ha sido un elemento fundamental en la evolución y el desarrollo del hombre. El arte, además, es un vehículo de comunicación que permite transmitir mensajes profundos que superan las palabras.
La capacidad de crear de los niños está presente desde muy temprana edad, ya que desde pequeños son intérpretes artísticos de manera muy espontánea. Los niños cantan, bailan, crean melodías y pintan con los objetos que encuentran a su alcance o también con su propio cuerpo. Esto no sólo es diversión, conocimiento y exploración para ellos, sino que de igual forma les genera bienestar y tranquilidad.
El arte es una herramienta fundamental en la educación de los niños debido a que su inteligencia y creatividad se desarrollan y fortalecen. “Adquieren destrezas primarias como la generación decampos neuronales para administrar la información artística, la mejora de la motricidad fina por medio de la creación de nuevas redes que le permitirán al individuo procesar recuerdos y desarrollar nuevas tareas con base en su experiencia artística”, explica Andrés Prada, profesor de música y estudiante de enfermería.
Prada también comenta que el arte le permite al niño adquirir otras habilidades como el manejo de la frustración, la expresión de sentimientos, la generación de nuevas maneras de comunicación y el manejo subjetivo del entorno.
La educación artística basada en la igualdad
El experto en educación Sir Ken Robinson, dice en una conferencia TED que los colegios han matado la creatividad de los estudiantes: “No hay ningún sistema educativo que le enseñe danza a los niños todos los días de la misma manera que les enseñamos matemáticas. Creo que las matemáticas son muy importantes, pero también la danza. Los niños bailan todo el tiempo cuando se les permite, todos lo hacemos. Todos tenemos cuerpos”.
Lamentablemente, el sistema educativo desde sus inicios ha desplazado las artes y las ha relegado a ser las materias que menos intensidad horaria tienen. Esto tiene unas profundas consecuencias para los niños que tienen inteligencias diferentes.
Juliana Pérez es una joven de 17 años que empezó a explorar su talento musical desde muy pequeña. Sus profesores de música le decían a sus padres que era necesario prestarle atención, pues ella tenía un don único. A los 6 años, Juliana empezó a tomar clases en la escuela de teatro musical Misi.
Para ella siempre resultó difícil manejar su tiempo entre las materias del colegio y sus clases de jazz, tap, ballet, piano y canto. Incluso llegó un punto en su adolescencia en el que tuvo que renunciar a las clases que le gustaban para dedicarse más a las que debía tomar en el colegio.“Juliana siempre ha sido una niña muy juiciosa e inteligente, ella nunca se acostaba sin hacer las tareas pero su cerebro es diferente, Juliana es artista”, cuenta su mamá, Claudia Bejarano.
La joven era reconocida en su colegio por su brillante participación en los musicales, pero las clases como física le costaban más trabajo. “En el colegio yo sentía que no servía para nada aparte del arte, el 70% de un curso siente que es inferior”, explica Juliana.
Cuando terminó noveno, los padres de Juliana decidieron que ella merecía tener una educación diferente. Así, la matricularon en un colegio de educación personalizada en el que si bien han reforzado los vacíos en algunas materias, también le han dado más libertad para desarrollar su talento como artista.
Actualmente, Juliana está terminando once, toma clases en una escuela de música y continúa en Misi. Cuando se gradúe del colegio, quiere estudiar música y artes escénicas. Hace poco, Juan David Muñoz, un amigo de la escuela de teatro, la reunió con otras cuatro estudiantes reconocidas en los musicales escolares y grabaron un ‘medley mash up’ de las canciones de las princesas de Disney. El video lleva un mes en YouTube y ha recibido cerca de un millón de visitas.
“Si yo nunca hubiera hecho teatro musical, sería totalmente diferente. El arte te ayuda a desarrollar herramientas para desenvolverte como persona, para superar cosas por las que los adolescentes pasamos como presión de grupo, miedo o pena”, explica Juliana.
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